Juan Carlos Valdez
Basados en Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales (ZEE), el presidente Nicolás Maduro creó las cinco primeras ZEE en Paraguaná (Falcón), Puerto Cabello–Morón (Carabobo), La Guaira (La Guaira), Margarita (Nueva Esparta) e Isla La Tortuga (Territorio Insular Miranda). Cada región geográfica operará bajo la coordinación institucional de la Superintendencia de Zonas Económicas Especiales, que actuará como ente regulatorio.
Juan Carlos Valdez, abogado y experto en economía política, no considera que las cinco Zonas Económicas Especiales (ZEE), recientemente creadas, signifiquen una agresión a la soberanía; tampoco opina que por esta causa en Venezuela funcione una democracia burguesa, como han opinado algunos sectores de la ultraizquierda.
Consultado por Cuatro F, el experto hace un balance en donde lo positivo supera a los aspectos negativos.
—¿Qué son las ZEE?
—Son áreas geográficas que por su posición estratégica, el Estado decide darle condiciones legales especiales, que atraigan tanto a la inversión nacional como extranjera; las cuales no rigen para el resto del país. Están ubicadas en zonas que el Estado le interesa desarrollar.
—¿Cuáles han sido las experiencias exitosas y fallidas?
—Ha habido muchas experiencias, tanto exitosas como fallidas. De las positivas, está el modelo chino, del cual se inspiró Venezuela, que se basó en la enorme población del país asiático. Aquella China no estaba bloqueada y no amenazaban a quien quisiera invertir en el país. Desarrollaron áreas bajo la figura de ZEE, lo que permitió arrancar el proceso de transformación de la economía china, hoy convertida en la primera del mundo. Mientras que en México el presidente Manuel López Obrador eliminó las ZEE porque no lograron los objetivos planteados.
—¿Cuáles son las ventajas y desventajas de las ZEE?
—Su ventaja es que actúan como un tarro de miel para atraer a los osos inversores nacionales e internacionales para generar un desarrollo económico y tecnológico con el que el país. Pero también tiene desventajas, habría qué evaluar cuánto sería el beneficio social y cuánto el sacrificio. Ciertamente, flexibilizar significa ser tolerante a las transgresiones de la norma general, por ejemplo, en materia ambiental al disminuir las normas el Estado asume un riesgo. Pero no veo mayores desventajas en el ámbito económico.
—¿Cómo operan estas ZEE en Venezuela?
—Deberían funcionar como lo han hecho en cualquier parte del mundo. Son áreas de flexibilización y aceleración de procesos administrativos que faciliten las inversiones, generen infraestructura y permiten que el desarrollo de esas áreas se acelere.
—¿Aplica la Ley Orgánica del Trabajo en las ZEE, y de no ser así cómo se resguardan los beneficios laborales?
—La ley que yo leí que no fue la última aprobada, a menos que hayan cambiado trascendental en la última modificación, no había nada que implicara flexibilizar las normas laborales. Además, los derechos laborales son progresivos, nunca regresivos, lo que impide en las ZEE relajar las normas perjudicando a los trabajadores sin violar la Constitución.
—¿Qué opinas de los que dicen que Venezuela funciona como una democracia burguesa neoliberal, ejemplo de ello la aprobación de esta ley?
—Nadie puede negar que en Venezuela estamos en un capitalismo, pero no creo que exista una democracia burguesa neoliberal. Estamos en una etapa de transición y en virtud del asedio contra el Estado venezolano es posible que, con algunas normas, podamos ver como una especie de paso hacia atrás, lo que no determina que hayamos cambiado el rumbo final. Aunque, junto a Pasqualina Curcio, y Tony Boza, hemos hecho señalamientos sobre lo que consideramos son fallas y proponemos métodos de corrección, no dudamos de la cualidad socialista de nuestro gobierno. La nuestra es una revolución variopinta y socialista.
—¿Estos incentivos al inversor acaso significan pérdida de soberanía?
—No significan pérdida de soberanía, porque las empresas extranjeras que inviertan en las ZEE deben regirse por nuestro marco jurídico y deben obedecer a un estado soberano.