Reconversión en una Venezuela asediada
El 1 de octubre de 2021 otra vez Venezuela le restó ceros a su cono monetario; según el decreto No. 4.553 de 6 de agosto de este año, publicado en la Gaceta Oficial No. 42.185 que establece suprimir seis ceros al bolívar. La decisión impone dividir entre un millón lo expresado en moneda nacional, lo que significa que si un producto tenía un valor de 50.000.000 de bolívares ahora cuesta 50 bolívares.
“La economía venezolana ha sido víctima de ataques continuos por parte de los centros hegemónicos como consecuencia de las políticas soberanas que han caracterizado a la revolución bolivariana”, reflexiona Ramón Lobo, economista y exministro de Economía y Finanzas; quien también fue presidente del Banco Central de Venezuela y actualmente es diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela (AN).
El cono monetario se define como la familia de billetes y monedas que circulan simultáneamente en una economía en un momento determinado, por consiguiente, su modificación, cambio de escala o redenominación, constituye una reconversión monetaria o nueva expresión monetaria.
Esta reconversión es la tercera en 13 años. La primera sucedió en 2008 durante el gobierno de Hugo Chávez cuando se suprimieron tres ceros al cono monetario, bajo el concepto de Bolívar Fuerte. Con el presidente Nicolás Maduro en agosto de 2018 se eliminaron cinco ceros, lo que se denominó Bolívar Soberano; esta vez nace el Bolívar Digital restándole seis ceros, con la novedad de priorizar las plataformas tecnológicas o pasarelas de pagos, bajo la tendencia mundial de ir disminuyendo el uso del papel moneda.
Para Ramón Lobo la medida es parte de las heridas económicas que sufre Venezuela a raíz de las medidas coercitivas unilaterales ejercidas por el gobierno de Estados Unidos en contra del pueblo venezolano, las cuales conjuntamente con la manipulación exógena de la relación del tipo cambio entre el bolívar y el dólar —a través de sitios Web y redes sociales—, han afectado directamente al aparato productivo nacional; a la vez de propiciar un proceso inflacionario inducido.
Por su parte, el Diputado Fernando Bastidas explica que la actual reconversión pretende contribuir en la corrección de elementos que distorsionan la economía, como son la inflación, la excesiva liquidez monetaria, la disminución del poder adquisitivo, entre otros, que en el caso venezolano son consecuencia del bloqueo económico.
“En términos más sencillos —analiza Bastidas— la reconversión monetaria se basa en la transformación paulatina del signo monetario a una nueva escala, a través de la supresión de ceros a la moneda actual, sin que pierda su valor adquisitivo, acompañado de otras decisiones en materia monetaria con miras a fortalecer y equilibrar la economía”.
Para Bastidas se trata de una Nueva Expresión Monetaria más que una reconversión propiamente dicha.
“Esta medida corresponde a la necesidad de facilitar las transacciones en bolívares, fortalecer su uso, promover los mecanismos digitales y en términos generales, encauzar las transacciones financieras diarias, cada vez más, dentro de lo formal e institucional de nuestro país”.
Considera que esta reconversión ocurre cuando Venezuela se ha enfrentado a los años más terribles consecuencia del bloqueo. “Ahora estamos en un proceso de recuperación, aún incipiente pero correctamente encaminado”.
Según el parlamentario, un signo monetario con una menor cantidad de dígitos es más práctico de usar.
Además se reafirma la institucionalidad del Estado venezolano en materia económica financiera y particularmente como rector de la economía.
Bolívar bajo ataque
Fernando Bastidas recuerda lo dicho por el senador norteamericano Richard Black: “Hemos desmonetizado su moneda y, a través del sistema bancario internacional, hicimos que la moneda venezolana careciera de valor y luego vamos y decimos: ‘Miren lo malo que es este Gobierno, su moneda no vale nada’. Bueno, no fueron ellos, fuimos nosotros quienes hicimos inútil su moneda”.
Explica que el ataque al bolívar, es un arma fundamental de la guerra económica, no solo induce a la hiperinflación y con ella a la pérdida del poder adquisitivo de la clase obrera, también contrae la producción nacional. En la medida que se pierde poder adquisitivo se disminuye la demanda de bienes y servicios, hecho clave que afecta la producción.
Dsde 2013 el imperialismo ha venido induciendo la depreciación del bolívar; primero, mediante portales web para generar condiciones subjetivas y luego mediante la amputación de los brazos productivos y financieros nacionales que impiden el ingreso público que respalda a nuestro signo monetario frente a las demás divisas.
Bolívar digital
Fernando Bastidas explica que el desarrollo tecnológico hoy permite promover las transacciones digitales para encauzarlas cada vez más en el sistema financiero nacional, evitando las posibles distorsiones que pueden ocurrir con el dinero en efectivo.
“El carácter digital de esta Nueva Expresión Monetaria se corresponde con la posibilidad de brindar mayores facilidades transaccionales; al tener un signo monetario con 6 dígitos menos y evitar de igual forma las degeneraciones en el uso del bolívar, que son posibles con el dinero en efectivo”.
Bastidas recuerda cómo en anteriores oportunidades, una de las formas de agresión fue la extracción de bolívares en billetes y su posterior venta especulativa para la deformación de su valor. Con el uso de los mecanismos digitales ese riesgo disminuye.
“Buena parte de las economías del mundo (especialmente aquellas emergentes) han avanzado hacia procesos de digitalización en las transacciones financieras de distintas magnitudes, lo cual ha traído resultados favorables”, expone.
Dólar, una válvula de escape
Durante los últimos años el Gobierno Bolivariano ha permitido el uso de divisas en las transacciones comerciales como una válvula de escape frente a los efectos inflacionarios desatados por el bloqueo, señala Fernando Bastidas.
De forma coloquial se usa el término “dolarización”; sin embargo, no existe un proceso de “dolarización” en Venezuela, aclara el parlamentario.
Dolarizar la economía implica usar el «dólar estadounidense» cómo cono monetario nacional, entregando la política monetaria a la Reserva Federal de los EE. UU.; hecho que no ha sucedido ni está planteado en Venezuela.
“El uso de divisas por parte de la población requiere un encauzamiento dentro del sistema financiero nacional sin sustituir nuestro signo monetario nacional; para eso se requiere el afianzamiento de las transacciones financieras digitales”.
Los dólares en las transacciones cotidianas han permitido enfrentar el proceso inflacionario; consecuencia de la agresión económica que ha sufrido la economía venezolana en los últimos años.
“El bolívar es nuestro signo monetario nacional por disposición constitucional; pero además el propio Presidente Nicolás Maduro ha sido enfático en la defensa del bolívar y su uso, así como en las acciones en su resguardo; tal como sucede con la Nueva Expresión Monetaria que hoy estamos aplicando”, analiza Bastidas.
Ataque hiperinflacionario
Por su parte, Ramón Lobo expone que la nueva expresión monetaria mantiene una equivalencia tanto en los precios como en los ingresos, razón por la cual no debería generarse ninguna modificación en los mismos, no obstante, al inaugurar la reconversión la tasa de cambio informal bolívar/dólar en dos días subió en más de un 20%; luego de un comportamiento relativamente estable durante el mes de septiembre.
“El incremento del dólar no responde a ninguna condición económica porque las variables que suelen utilizarse desde el punto de vista teórico para valorar el intercambio entre una moneda y otra se han mantenido estables; simplemente sucede para imponer una narrativa que culpe a la reconversión por el alza de precios, ya que la tasa de cambio paralela es usada con fines políticos”.
No obstante, el Banco Central de Venezuela (BCV) intervino, contrayendo la masa monetaria a través del incremento del encaje legal. “Es una política monetaria que por lo general acompaña a un proceso de reconversión. También se han aplicado políticas fiscales para disminuir el gasto público, sumadas a medidas monetarias que complementen a la reconversión, pero todo sería más sencillo si Venezuela no estuviese bajo asedio”, reflexiona Lobo.
Por su parte, el ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñáñez, escribió en su cuenta de Twitter que «a los enemigos de Venezuela se les agotaron las ideas: frente a la iniciativa del bolívar digital especulan con el dólar; ante la recuperación económica, sabotaje a los servicios públicos; frente al éxito en la mitigación de la pandemia, distorsión mediática de la realidad».
Para la economista Pasqualina Curcio, profesora de la Universidad Simón Bolívar, la hiperinflación que sufre Venezuela desde 2013 es consecuencia del ataque de Estados Unidos al bolívar, al manipular el tipo de cambio que sirve como referencia de los precios.
Para la autora del libro “Hiperinflación: arma imperial”, los portales web que publican el precio de dólar, causan la depreciación del bolívar.
«Inducen una depreciación del bolívar, porque han ido posicionando en portales Web un valor del bolívar que no es el real, es ficticio y es una manipulación de la escala monetaria de nuestro bolívar. De repente, de la noche a la mañana sin justificación, el tipo de cambio del bolívar respecto al dólar pasa de 3.500.000 a 4.500.000 bolívares, sin ninguna justificación económica, política enmarcada en el ataque contra el pueblo venezolano», expuso.
El ataque a la moneda local tiene efectos devastadores sobre la economía venezolana, y la hiperinflación es una de las expresiones más destructivas, pues deteriora el poder adquisitivo y desmorona los salarios, debilita el gasto público y afecta la producción nacional.
La inflación acumulada en 2020 en Venezuela fue de 2.959,8%; mientras, en los primeros cinco meses de 2021 se ubicó en 264,8%, de acuerdo a cifras del BCV.
«Cuánto vaya a durar la reconversión, dependerá de cómo se comporten los precios a partir del 1 de octubre, y eso dependerá del nivel de ataque al bolívar. Desde 2013 hasta ayer, el tipo de cambio ha variado, lo han depreciado tres billones por ciento, es una cifra impresionante que ha generado una hiperinflación inducida de 60.000 millones por ciento del incremento de los precios», acotó.
Mientras que, el economista Luís Enrique Gavazut, investigador en Ciencias Sociales, ha dicho que aunque las reconversiones no tienen efectos inflacionarios o deflacionarios, “cuando se hace una reconversión hay cifras y precios que se quedan rezagados en la economía, se quedan tan pequeños que sobrepasan los 2 decimales, de 3 o 4 decimales, y esto en las escalas monetarias no es admisible, entonces obviamente hay un redondeo hacia arriba y hay precios que se ajustan al alza”.
Explica que al redondeo se le suma la especulación del comercio y algunas empresas que se aprovechan de la reconversión, porque las cifras se expresan en cantidades menores “y debido a un fenómeno psicológico lo pequeño, lo reducido, lo minúsculo lo tendemos a ver como falto de importancia; entonces si te decían antes que esto valía Bs. 12 millones y ahora solo Bs. 12, al consumidor no le parece tanto y allí se aprovechan los especuladores”.
No obstante, opina que la economía venezolana tocó fondo en 2020 y paradójicamente a pesar de la pandemia en 2021 se observa cierto dinamismo.
“Hay indicios de un lento proceso de recuperación y eso va a depender de la medida en que la economía vaya generando fuentes de divisas alternas al petróleo que puedan ir llenando de oxígeno la economía y estabilizando los procesos de importación necesarios para el abastecimiento”, finalmente opinó.