David Paravisini confía en que las nuevas organizaciones de la fuerza laboral están en capacidad de lograr la recuperación de la industria petrolera nacional
Los trabajadores, con sus nuevas formas de organización, tienen la capacidad técnica y la autoridad moral para darle impulso a la recuperación de Petróleos de Venezuela, según afirmó el profesor universitario David Paravisini en una entrevista.
–¿Cuál es, según los datos de los que usted dispone, la situación de la producción petrolera nacional en este mes de marzo de 2023?
–Sigue estando en niveles muy bajos con respecto a nuestros parámetros históricos. Venezuela tiene cerrados los mercados, salvo aquellos que permiten la venta pero con grandes descuentos y penalidades. Hemos estado oscilando entre 400 mil y 500 mil barriles diarios, tal vez en aproximándonos a los 700 mil en algún momento.
–Al parecer, a raíz del bloqueo y de la necesidad de vender con descuento, se llegó a extremos, y estábamos prácticamente regalando el petróleo. ¿Qué información tiene usted al respecto?
–No conozco detalles. El nuevo presidente de Pdvsa, Pedro Tellechea, está entrando, tiene una vinculación muy reciente al tema petrolero. Es un militar que viene aproximándose al área, primero por las industrias básicas y luego en Pequiven. Pero, más allá de eso, debemos entender que la industria experimenta una crisis global solo comparable con la que sufrió el capitalismo en los años 70 y 80. Hay una guerra capitalista que está castigando las inversiones del área petrolera, gas y carbón, en favor de las energías alternativas. Venezuela está doblemente afectada: por ese cuadro mundial y por las sanciones y el asedio mediante el cual se pretende despojar al país de su riqueza petrolera.
–¿Cómo enfrentar esa confluencia de factores en contra?
–El presidente ha avanzado en dos direcciones. Por una parte, mantener los contratos ya existentes con las empresas mixtas (el caso de Chevron es uno de ellos) y, por otro lado, abrir nuevos espacios hacia nuevas formas de organización en el sector petróleo; con los Consejos Productivos de Trabajadores y Trabajadoras, luego de los exitosos resultados de estas experiencias en las industrias básicas. Esa estructura distinta puede generar resultados frente a los desafíos del equilibrio ambiental, los nuevos usos de la energía, sus precios, y volver a activar fuentes de poder político regional como Petrocaribe y Petrosur, ofreciendo energía con acceso al crédito. Es una complejidad abierta que nos permite replantearnos el tema energético en términos muy distintos a los que se han aplicado hasta ahora.
–El gobierno necesita reactivar la industria a corto plazo, para atender problemas económicos muy urgentes. Algunos conocedores del tema petrolero dicen que la solución más inmediata es volver a los pozos más rentables, productores de crudos convencionales. ¿Usted cree que eso es viable?
–Sí lo creo, pero aplicando las leyes que aprobamos en la Asamblea Nacional Constituyente que permiten mantener la confidencialidad de las inversiones, para proteger al inversionista. No puede hacerse con acuerdos del tipo que se está haciendo con Chevron ni como el que se está negociando con Trinidad y Tobago porque tendrían que ser contratos abiertos, en condiciones inaceptables para Venezuela debido a las medidas coercitivas unilaterales. Si entregamos el petróleo a cambio de nada, tampoco vamos a tener dinero para solucionar los problemas económicos y salariales. Tenemos que encontrar la solución en la producción y en la relación con los países amigos. Hay que superar la voracidad financiera. El Fondo Monetario Internacional dice que para reactivar la industria petrolera venezolana se necesitan 200 mil millones de dólares, pero si se les pregunta a los empresarios de la Cámara Petrolera Venezolana dicen que con 40 mil millones de dólares se logra una recuperación efectiva, y además, el dinero no tiene que estar disponible de una sola vez. Y los trabajadores organizados en los Consejos Productivos, estiman que puede hacerse con 12 mil millones de dólares. Como se ve, es una diferencia brutal de las cifras.
–¿Son realistas los cálculos de los trabajadores?
–Sí, y lo han demostrado, porque ellos reactivaron la refinería de El Palito y tienen proyectos para el Complejo Refinador de Paraguaná, para la reactivación de la producción de petróleo y gas en El Furrial. La producción organizada por los trabajadores, sin el peso y las exigencias de las inversiones de capital financiero internacional, pueden ser la salida; como se ha demostrado ya en las industrias básicas. En el Estado Mayor de los Consejos Productivos de Trabajadoras y Trabajadores Petroleros se está buscando un nuevo modelo de gestión.
–Sobre la licencia otorgada a Chevron, algunos comentaristas dicen que sólo servirá para pagar la deuda que tenemos con esa empresa. ¿Es así?
–Ha habido mucho misterio al respecto. Incluso no está claro el monto de la deuda con Chevron, pues se habla entre 2 y 4 mil millones de dólares. Son cantidades enormes que no hemos podido pagar porque no se produce petróleo. Entonces, ciertamente, el acuerdo solo sirve económicamente para pagar deuda, pero el hecho de que haya un hilo de comunicación, una ventana abierta y con una empresa de esa magnitud es algo que tiene provecho político. Esa puerta vale la pena tenerla abierta porque Venezuela amortiza deuda a precios internacionales, pues todo el resto del petróleo que se vende está sujeto a las condiciones impuestas por el bloqueo. Hay quien dice que es una pérdida de soberanía, pero yo no lo creo.