El candidato a rector por el movimiento Juntos por el Patrimonio (biólogo, profesor titular de la Facultad de Medicina) dijo que es necesario liberar a la universidad del pensamiento único de derecha que han tratado de instaurar
─¿Qué es lo peor que ha pasado en estos 14 años con las mismas autoridades?
─Esta especie de reinado de “Catalina” (la rectora Cecilia García-Arocha) fue lamentablemente muy extenso. No se garantizó la prosecución estudiantil, no solamente durante la pandemia, sino a todo lo largo de sus 14 años. Tuvo una política interna de exclusión, de rechazo a los estudiantes asignados por la Oficina de Planificación del Sector Universitario, y de paralización de procesos.
─¿Cómo fue que, finalmente, se acordó el proceso electoral?
─Las autoridades reconocieron la vigencia de la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2009, luego de casi doce años. La elección de 2012 se suspendió porque el reglamento aprobado no estaba acorde con el artículo 34 de la LOE, que le da participación en la elección de autoridades a todos los sectores de la comunidad universitaria, es decir, empleados, obreros, docentes, egresados y jubilados. Luego hubo dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia ordenando la realización de las elecciones, pero no fue sino hasta enero de este año cuando se aceptó hacerlas. El reglamento tampoco cumple en su totalidad lo que establece la LOE, pero al menos se ha reconocido que todos los sectores tienen derecho a votar. Se aprobó el cronograma electoral propuesto por la Comisión Electoral. El 26 de mayo serán las elecciones del gobierno y el cogobierno universitario (rector, vicerrectores académico y administrativo, secretaría, consejo universitario, consejo de apelaciones, consejos de facultad y consejos de escuela). Son unas megaelecciones y hay que empeñarse para que sean transparentes y también un momento festivo; porque hay que celebrar que por primera vez en la historia universitaria, estarán votando todos los sectores antes señalados.
─¿Cuál es el planteamiento central de su candidatura?
─Ante la situación que está viviendo la universidad hace varios años, sumada al contexto nacional del bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales, la postpandemia y los demás problemas del país, incluyendo el de la corrupción; creemos que la UCV debe cambiar de rumbo. En este largo período, la universidad no dio la cara, no presentó sus aportes, no promovió el debate. Tenemos que redimensionar a la UCV, no rescatarla, sino reconstruir los procesos, la institucionalidad y los fines de esta universidad, sus relaciones con el Estado, la comunidad y el sector productivo.
─¿En lo que respecta a la relación con el Estado, cuál sería su enfoque, de resultar electo?
─Esa relación no puede continuar de la misma manera que en los últimos años, pues ha sido una actitud subversiva, no solo de indiferencia y rechazo, sino de subversión. Las autoridades universitarias tuvieron el tupé de no aceptar, de desconocer la LOE, es decir, que ignoraron una ley emitida por la Asamblea Nacional, por el Poder Legislativo Nacional; desconocieron dos veces las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (2012 y 2019) que les ordenó ir a elecciones en un tiempo perentorio de 30 días, es decir, que desconocieron al Poder Judicial; y recibieron en 2019 al diputado Guaidó en el Aula Magna como supuesto presidente interino, es decir, que desconocieron al Poder Ejecutivo Nacional y a la mayoría del pueblo venezolano que votó por Nicolás Maduro. Esa relación debe cambiar totalmente porque somos una institución pública y tenemos una corresponsabilidad no solo en la formación de los profesionales que pasan por nuestras aulas, sino también de todos los ciudadanos, en el marco de la ley.
─¿Juntos por el Patrimonio representa al gobierno en estas elecciones?
─Es un conjunto de colectivos, de movimientos profesorales, obreros y estudiantiles del sector de la izquierda, no solo del chavismo o del PSUV; sino también de otros grupos muy importantes que aman la universidad, tienen propuestas, tienen una visión que va a ayudar a redimensionar la UCV. Hubo varios meses de debates y se acordó una fórmula que yo encabezo y que completan el odontólogo Lermit Rosell, que opta por el cargo de vicerrector académico; el sociólogo Eleazar Mujica, para vicerrector administrativo; y Alicia Cáceres, de la Facultad de Ciencias, que aspira a la secretaría.
─La UCV ha experimentado la restauración de su planta física, que está en condiciones excelentes. Hay quienes dicen que eso se hizo para lanzar ahora una fórmula electoral y quedarse así con el rectorado, acabando con la autonomía universitaria. ¿Qué responde?
─Ese mensaje no es de ahora, viene desde hace muchos años, cuando el comandante Chávez estaba con nosotros. Decían que el pensamiento único penetraría en la universidad a través de las filas revolucionarias, cuando en realidad es el pensamiento único de la derecha el que se instaló allí con la rectora y su equipo académico. Ha habido persecución de profesores y estudiantes que no siguen sus lineamientos políticos, con p minúscula, que nunca han pasado de un “fuera Chávez” o “fuera Maduro”. No hay aporte, no hay debate en una de las primeras casas de estudio del país. Lo importante ahora es que esa inversión que se ha realizado en tiempo y dinero para mejorar la infraestructura, vaya acompañada de esos aportes al país. Yo siempre digo que no basta que la universidad se vea como una tacita bonita. No podemos hacer como nuestras abuelas, que guardaban la mejor vajilla en una vitrina solo para la visita. Esta universidad debe ser “usada”, en el buen sentido de la palabra, para dar respuestas a las necesidades del pueblo venezolano. No somos dueños de la verdad, pero tenemos que participar en la búsqueda de soluciones para los problemas que tenemos en el país, que son grandes, extensos e intensos y afectan todas las dimensiones de la vida. No solo debemos acompañar al pueblo en investigación y divulgación del conocimiento, sino también para aprender de ese pueblo. Solo así encontraremos la salida de este atolladero en el que nos han metido por pretender ser soberanos e independientes.