Pasqualina Curcio, autora del libro “La mano visible del mercado, guerra económica en Venezuela”, afirma que Venezuela está sometida a acciones de manipulación y distorsión de los mercados, del abastecimiento de bienes esenciales, del valor de la moneda, de distorsión del sistema de precios en la economía, las cuales se enmarcan en una guerra económica orquestada por los grandes capitales que se sintieron amenazados por la decisión del pueblo de transitar su propio camino.
– Sobre el tema económico hay críticas al proceso, sea desde la derecha que niega la guerra económica y dice que el modelo fracasó, sea desde la izquierda que no quiere ceder espacios a las empresas privadas. ¿Cuál es su opinión?
Efectivamente, hay sectores que niegan la guerra económica, no solo de la derecha, incluso de la izquierda. También se observan aquellos casos en los que reconocen la guerra económica, pero las propuestas para enfrentarla se basan en las clásicas teorías que se lee en los textos de economía, que por supuesto no atienden a lo que realmente ha estado ocurriendo en Venezuela.
No tengo ninguna duda de que el pueblo venezolano ha estado siendo agredido por los grandes capitales desde el primer momento en que se sintieron amenazados por la decisión de este mismo pueblo a transitar hacia un modelo económico, social y político de igualdad y de justicia social. Las investigaciones científicas y, por lo tanto rigurosas, que hemos venido realizando, conducen todas a la conclusión que lo que ocurre en Venezuela no es consecuencia del modelo económico, sino de acciones de manipulación y distorsión de los mercados, del abastecimiento de bienes esenciales, del valor de la moneda, de distorsión del sistema de precios en la economía. Es por ello que calificamos al desabastecimiento como programado y selectivo, y la inflación como inducida.
En cuanto a la posición de no ceder a la empresa privada, es importante tener claridad de cuáles son aquellas empresas que participan de esta guerra económica y hacer cumplir las leyes que penalizan el boicot económico. Por otra parte, el Estado tiene la capacidad y los recursos para asumir la producción de bienes y servicios, es el Estado el que genera el 95% de las divisas del país mediante la exportación de petróleo, en ese sentido ha venido asumiendo sectores de la economía, un ejemplo es la banca. El banco más grande actualmente en Venezuela, es público.
La manera de no ceder ante la empresa privada es fortaleciendo lo público y lo comunal. Venezuela tiene una característica particular, los ingresos de divisas los genera el propio Estado, no seguir transfiriendo estos ingresos (denominados renta petrolera) a las grandes empresas privadas, y en su lugar invertirlos desde lo público, lo mixto y lo comunal, es una manera de fortalecer lo público y avanzar hacia el socialismo, hacia un modelo de igualdad y justicia social.
– ¿Es verdad que ha habido incrementos inducidos de precios? ¿Qué tiene que hacer el gobierno para enfrentarlos?
– Sí, mediante la manipulación del tipo de cambio en el mercado ilegal, han estado induciendo la inflación en Venezuela. Esta manipulación del tipo de cambio ilegal, que amplía la brecha entre el verdadero valor de la moneda y este tipo de cambio, no solo perjudica a la clase trabajadora, sino que por la vía del arbitraje, beneficia a los grandes capitales nacionales y transnacionales. Mientras esto siga ocurriendo no hay incentivos para que cesen las agresiones contra el pueblo venezolano. La propuesta es establecer políticas orientadas a que esta manipulación del tipo de cambio que realizan por portales web, también afecten a los grandes capitales y en esta medida sean éstos los que contengan tal manipulación. Pienso que sí se puede lograr.
– ¿Qué piensas del análisis de Manuel Sutherland?
Leí un trabajo de Manuel Sutherland hace un par de años, se centra en el tema de la asignación de divisas al sector privado y los casos mediante los cuales estas empresas reciben las divisas y no importan los bienes correspondientes. Es uno de los aspectos que también hemos mostrado en nuestras investigaciones. Resaltamos el hecho de que en estos casos, la corrupción es de ambas partes, no solo del sector público. Al respecto, recientemente, el Estado ha venido tomando medidas en contra de la corrupción, especialmente los últimos meses, luego de los cambios ocurridos en la Fiscalía General de la República. Por lo que leí en su momento, el autor, niega la existencia de una guerra económica.
– ¿Mucha gente pregunta por qué sacar un billete de 100 mil si nadie puede cambiarlo?
La dificultad de cambiar el billete de 100 mil está asociada a uno de los mecanismos de la guerra económica relacionado con el contrabando de extracción de los billetes, incluyendo los de baja denominación. Ha sido un mecanismo empleado para generar desestabilización social ante un escenario en el que la demanda de billetes es cada vez mayor debido a los niveles de inflación.
El problema no es el billete de 100 mil, es la escasez de billetes de baja denominación ocasionada por su acaparamiento y contrabando de extracción por la frontera.
– ¿Qué piensas del Petro y del Sucre?
Fueron iniciativas del Presidente Chávez, que buscaban, con una visión geopolítica, de integración, para contrarrestar la hegemonía del dólar. Fueron concebidas para implementarse en bloques de países, ya sea los productores de petróleo miembros de la OPEP, o los países del Alba. Pienso que hacia allá se debe seguir orientando la política para garantizar un mundo pluriporal y multicéntrico.
– ¿Si usted estuviera al mando del país, cuál medida sería prioritaria y qué se tendría que hacer sobre el plan económico?
En lo coyuntural, lo prioritario es detener la escalada inducida de los precios, la cual ha sido generada mediante la manipulación del tipo de cambio ilegal. Esta manipulación no se logrará detener a menos que afecte a los grandes capitales, como mencionaba anteriormente. En ese sentido, la propuesta es mantener el control cambiario de las divisas que genera el Estado y simultáneamente crear casas de cambio en las que los particulares, grandes, pequeños, nacionales y transnacionales puedan comprar y vender. El cálculo de la valoración de los activos, de las ganancias y la adquisición de divisas para la repatriación de los capitales de estas grandes empresas transnacionales, debería hacerse a través de estas casas de cambio, sin que el Estado siga asignando divisas a tasas preferenciales a estos grandes capitales.
En lo estructural, superar el modelo rentista petrolero entendido no como la dependencia del petróleo, ese no es el problema del modelo, el problema es el uso que se ha dado a los ingresos que el petróleo genera para el país. La transferencia de los ingresos petroleros a los grandes capitales que por décadas, desde 1976, se han apropiado de estos ingresos y los han dejado fuera del país sin reinvertirlos en la economía nacional. Al igual como hacen en otros países del mundo que no tienen petróleo, estas empresas deben proveerse sus divisas. En su lugar, el Estado debe utilizar dichos ingresos para permearlos en la economía nacional mediante empresas públicas, mixtas y comunales que garanticen la democratización de la producción para no seguir dependiendo de grandes monopolios transnacionales. Eso es superar el modelo rentista petrolero.
Traducción Gabriela Pereira