La política de Venezuela, cómo República Bolivariana de Venezuela o cómo República de Venezuela, tiene muchos elementos que analizar en torno al diferendo con la República Cooperativa de Guyana; siempre en defensa de nuestros derechos incontrovertibles sobre el territorio de la Guayana Esequiba.
Por ejemplo, para nadie es secreto que uno de los aportes fundamentales en esta batalla lo dio el entonces Canciller, Marcos Falcón Briceño, parte del Gobierno de Rómulo Betancourt, quien con una estrategia importante, de denuncia, de negociación; pudo establecer en 1962 las bases de lo que sería el futuro Acuerdo de Ginebra, que reconoce los derechos de nuestra patria sobre el Esequibo y la existencia de una controversia que debe ser arreglada de manera satisfactoria para ambas partes.
El actual debate y construcción nacional de cara al venidero 3 de diciembre exige, necesariamente, observar el liderazgo en ejercicio de la Revolución Bolivariana en tiempos de cambio y transformación, y tomando en cuenta los momentos recientemente expuestos por el Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros presenta dos momentos, el Cuarto que va desde 1966 hasta 2015 y el Quinto que va desde 2015 hasta 2023.
La política exterior de la Revolución Bolivariana siempre ha privilegiado el diálogo, propio de una sociedad venezolana libertaria, independiente, soberana, antiimperialista, amante de la paz y en procura de la construcción de una comunidad latinoamericana y caribeña de paz; cuestión que se dispuso en la Constitución Nacional de 1999 como eje fundamental de una estrategia nacional.
Esto también implicó fortalecer y dejar en claro elementos que, de suyo, fortalecen posiciones históricas promoviendo el encuentro, el trabajo mancomunado y el diálogo como lógica de las relaciones internacionales; observadas por el Proyecto Histórico Bolivariano.
Por un lado, se estableció en el Proyecto Constitucional, parte del debate de los y las Constituyentes de 1999 una idea trabajada por el propio Comandante Hugo Chávez, quien por un lado plantea elevar a rango Constitucional los tratados suscritos por la República en el ámbito internacional; pero haciendo la salvedad de que los mismos no pudiesen validarse si en ellos se presentaran vicios de nulidad.
Es así como el Artículo 10 de nuestra Carta Magna afirma, en lo específico sobre el territorio y los espacios geográficos de Venezuela, lo siguiente:
«El territorio y demás espacios geográficos de la República son los que correspondían a la Capitanía General de Venezuela antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810, con las modificaciones resultantes de los tratados y laudos arbitrales no viciados de nulidad».
De suyo, este artículo 10, con el añadido novedoso del no reconocimiento de laudos o acuerdos considerados nulos por vicio, sirvió de esencia para la ratificación del Gobierno del Comandante Hugo Chávez de la posición histórica de defensa de los derechos incontrovertibles sobre el territorio de la Guayana Esequiba, fundamentado en el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Tal cuestión fue probada claramente en su posición del 14 de agosto del año 2000, momento cuando Guyana pretendía hacer maniobras para el establecimiento de bases para lanzamiento de satélites espaciales en territorio no delimitado, al tiempo de dar licencias para exploración petrolera; todo en forma unilateral.
El liderazgo de Hugo Chávez bien pudo contener ese proceso arbitrario promoviendo relaciones de respeto; pero jamás sin dejar por medio que existía una controversia entre ambas naciones, que en su momento contaba con el mecanismo de buenos oficiantes para tratar de buscar una solución práctica y satisfactoria, de mutuo beneficio.
El Ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, a través de su red social X, evidenció el apego del líder fundamental de la Revolución Bolivariana al Acuerdo de Ginebra; como base de nuestro ejercicio de defensa de la soberanía sobre el Esequibo.
Se refiere a una rueda de prensa efectuada el 16 de agosto del año 2000, dónde Chávez le responde a la periodista Alicia La Rotta, de El Universal, sobre unas declaraciones del entonces canciller de Guyana, Clement Rohee; dónde afirma que su país no cederá a Venezuela ni una pulgada del Esequibo.
La respuesta del Comandante Hugo Chávez ante esta cuestión, es muy clara y ratificatoria de una postura histórica:
«Alicia Larrota, El Universal:
—Hoy El Nacional abre con declaraciones del Canciller Clement Rohee donde dice que Guyana no cederá a Venezuela ni una pulgada del Esequibo. Querríamos una reflexión al respecto
Presidente Hugo Chávez:
—»… Venezuela, como país soberano, hace uso de sus derechos ante el mundo, y Guyana espero que haga uso también, de la mejor manera, de sus derechos y que reconozcamos ambos países, con racionalidad, que ese es un problema, porque ahí está la base de la cuestión. Si no reconocemos que ahí hay un problema ¿de dónde vamos a sacar la voluntad para solucionarlo? Yo aprendí en secundaria, en Metodología de la Investigación, o Métodos de solucionar problemas, primer paso, reconocer que el problema existe; y tengo la impresión de que algunos dirigentes, en el lado guyanés, no reconocen que hay un problema allí. Pareciera que desconocen la existencia del Acuerdo de Ginebra cuando Inglaterra le dio independencia a Guyana; según el cual las partes se comprometen a buscarle solución práctica al problema. En ninguna parte, por ejemplo, de ese reportaje del diario El Nacional, se habla del Acuerdo de Ginebra y ¡qué cosa tan extraña! no vi ni la pregunta, no sé si le hicieron la pregunta al Canciller de Guyana, pero en todo caso, más allá de lo que diga ese reportaje, que entiendo es limitado por el tiempo y el espacio, es importante que recordemos todos los venezolanos, los guyaneses y el mundo entero, recordemos que hay un Acuerdo que se llama de Ginebra, y que ese Acuerdo se firmó cuando Inglaterra, es decir, el Reino Unido, decidió por el paso del tiempo, al fin, darle independencia a Guyana que era la Guayana Inglesa, era una colonia británica, restos del colonialismo de los siglos, restos de las invasiones, restos del atropello; son problemas heredados del colonialismo que partieron al mundo en pedazos, que invadieron, que atropellaron, que aniquilaron, que arrasaron. Eso hay que recordarlo. Ese Acuerdo compromete a las partes, es decir, Venezuela y Guyana, a buscar una solución. Ahora, los actuales gobernantes de Guyana o al menos lo que hemos leído, parecieran desconocer que hay un Acuerdo de Ginebra.
(…) Entonces, ese territorio, históricamente, legalmente; es venezolano todo hasta el río Esequibo. Esa es una verdad histórica y me parece muy importante que los líderes o dirigentes de Guyana reconozcan este problema. Yo así se lo manifesté a Janeth Jagan, expresidenta de Guyana, quien fue el primer Jefe de Estado a quien recibí, tuve el honor de recibirla en Palacio y rendirle honores, fue el 3 de febrero del año 99 y comenzamos a hablar del tema y le dije: Janeth, nosotros tenemos la intención de colocar sobre la mesa para conversar de manera amistosa sobre el tema y buscarle una solución. Necesitamos buscársela a ese tema ¿para qué? Buscamos una solución práctica que favorezca las dos partes; pero vamos a iniciar el diálogo, y así lo hicimos. Solicitamos el cambio del Buen Oficiante, que el anterior, creo que ninguno de los gobiernos tampoco, no fue culpa de él, sencillamente el tema estaba congelado, pero es un problema latente.
Fíjense que es un problema tan latente y tan delicado, que el gobierno guyanés hace pocos meses, quiso dar unas concesiones petroleras. Como la frontera terrestre está allí sin delimitar de manera exacta, Guyana trazó una poligonal a su criterio, una poligonal que nada más ni nada menos, según ellos, tienen derecho sobre las aguas que están frente al Delta del Orinoco, o sea, que significaría eso que nosotros nos quedamos sin salida al Atlántico y querían darle concesiones a empresas petroleras internacionales para explorar y buscar petróleo frente a la desembocadura del Orinoco, no estoy hablando de la Zona en Reclamación. El Estado Delta Amacuro, pues, porque a alguien se le ocurrió en Guyana trazar una línea hacia arriba, un azimut tal, prácticamente esa línea, incluso esa línea toca, también estaba reclamando creo que Trinidad y Tobago porque también tocó límites de ese país.
¿Qué hay detrás de esto? ¿Por qué esta actitud agresiva de Guyana, por qué ese cambio? ¡Cuidado y hay algo más detrás de esto! No me hagan hablar más de la cuenta, no lo voy a hacer. ¿Cómo que no existe ningún problema y por qué el caso está en Naciones Unidas? ¿Por qué desde hace más de diez años Naciones Unidas designó un Buen Oficiante y por qué se firmó un Acuerdo de Ginebra? Si fuese verdad lo que dice el señor Canciller de Guyana, ni hubiese Acuerdo de Ginebra ni hubiese Naciones Unidas moviéndose desde hace años tratando de buscar una solución al problema.
A nosotros, y a mí en lo particular me extraña muchísimo el cambio de actitud del gobierno de Guyana, no sólo de dar concesiones, esta concesión de la pretendida Base de Lanzamiento de Cohetes, en una zona altamente vulnerable. Allí también, muy cerca de la salida del Orinoco, sino además, las concesiones petroleras, concesiones de exploración petrolera, y declarar como están declarando, que todo el Esequibo es de Guyana y que ni un palmo; son unas declaraciones bastante subidas de tono.
Estas dos piezas, el elemento constitucional dispuesto en el artículo 10, son muestra clara que sale al paso a la condena irresponsable de una actitud de entrega por parte del entonces Presidente Hugo Chávez del territorio Esequibo, cuestión que no sólo es falsa, sino que presenta evidencia suficiente del apego a nuestra posición histórica sobre dicho espacio donde debemos hacer valer nuestra soberanía, evitando así el despojo que se construye desde el contubernio peligroso y amenazante de la paz regional.
Proceso que tuvo que conducir y denunciar el Presidente Nicolás Maduro en el momento de la conspiración contra la República Bolivariana de Venezuela, y que valoraremos más adelante.
Pero es obligatorio en tiempos de conciencia nacional reconocer a Hugo Chávez y su papel en este proceso de sostenimiento de nuestros derechos.