1.- El Mercado de Hidrocarburos. Se proyecta, por parte de la Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos, un aumento para los meses finales de 2023 del consumo petrolero hasta alcanzar los 101 millones de bpd y anticipa que en el 2024 aumentará 1,7 millones de barriles diarios más. Adicionalmente, en un contexto de guerra en Europa con sus negativas consecuencias para la seguridad energética global, la OPEP- Plus decidió recortar la producción de petróleo en junio pasado en aprobación a una propuesta de Arabia Saudita. El aumento del consumo petrolero, la contracción de la oferta petrolera, aunado a la inestabilidad política en Asia Occidental y la decisión asumida en septiembre de la Federación de Rusia de recortar la exportación de gasolina y diesel, ha presionado los precios de los hidrocarburos al alza.
2.- Arabia Saudita-Estados Unidos. Los tiempos de la alianza estrecha entre estos Estados es una cuestión del pasado o por lo menos está muy debilitada. El país asiático ha concertado una alianza con Rusia en la OPEP-Plus, se ha incorporado a los BRICS , se acerca a Irán y se une a la condena contra el genocidio del sionismo contra Palestina. Las decisiones de Riad constituyen un revés incuestionable para la política exterior de Washington y especialmente, para los intereses energéticos de Estados Unidos.
3.- La Respuesta de Estados Unidos. En un intento por estabilizar los precios de los hidrocarburos, la Casa Blanca decidió subastar parte de sus reservas petroleras. Esto ha ocasionado una sensible reducción de sus reservas que alcanza los 115 millones de barriles de petróleo. En efecto, ya se proyecta en octubre de 2023 una disminución hasta los 358 millones de barriles. Cabe resaltar, que la mayor parte del petróleo subastado son crudos medio-agrio ya que es el tipo de crudo requerido por las refinerías del sur de Estados Unidos. La disminución de crudo medio-agrio de las reservas estadounidense ya es un problema para su seguridad energética.
4.- La Importancia Energética del Esequibo. El suministro de petróleo medio-agrio requerido por las refinerías provenía tradicionalmente de Rusia, Asia Occidental y Venezuela. La Exxon Guyana afirma en su sitio web que en el Bloque Stabroek, ubicado principalmente en el Esequibo venezolano, existe un recurso bruto aprovechable de 11 mil millones de barriles de petróleo. La Chevrón ha entrado en el negocio petrolero del Esequibo al comprar la empresa Hess que tenía el 30% de las acciones de Exxon Guyana, lo cual para Bloomberg significa una apuesta a largo plazo en el sector de los hidrocarburos. Este prometedor negocio ya motivó a la empresa China National Off Shore Oíl Corporatión a aliarse con la Exxon para explotar esos yacimientos petrolíferos. En la disputa por el Esequibo, detrás del Gobierno de la República Cooperativa de Guyana, se encuentra la Casa Blanca y las trasnacionales de los hidrocarburos.
La apuesta geoestratégica de Estados Unidos. La explotación petrolera en el Bloque Stabroek pretende satisfacer la demanda de las refinerías estadounidenses del sur, contrarrestar las presiones al alza de los precios de los hidrocarburos, minar la influencia geopolítica de la OPEP-Plus y principalmente, mantener su hegemonía en el mercado petrolero mundial. En este contexto, la defensa del Esequibo también amerita develar el plan estadounidense, concertar políticas petroleras con los aliados estratégicos de Venezuela y promover consensos en la OPEP-Plus. La defensa de la soberanía venezolana tendrá un hito el 3 de diciembre. Ese día el poder originario establecerá un mandato. Se requiere perfilar ya una ruta que permita ejecutarlo y en consecuencia, derrotar la formulación geoestratégica de Estados Unidos contra Venezuela y sus aliados.