Por: José López/ Por Ahora
Esta pregunta, contenida en una de las canciones históricas del legendario grupo revolucionario “lloviznando cantos” se me vino a la mente repentinamente aquella noche triste del 5 de marzo del año 2013 cuando bajaba, en medio de diversos, cientos de grupos de personas, por la avenida San Martín hacia el hospital militar, dónde aquella tarde había fallecido nuestro comandante presidente Chávez.
Horas antes, yo había permanecido largo tiempo en la plaza Bolívar donde numerosas personas hablabamos, elucubrábamos, etc, sobre la salud del comandante; sin atrevernos a hacer nada en particular.
De repente llegó, como un rayo caliente y mortal, la noticia del fallecimiento y centenares de personas, nosotros mismos, inclusive, entramos en un llanto universal. Unos corrían hacia allá y hacia acá. La mayoría arrancó hacia San Martín. Yo me quedé allí, desolado, solo en mi soledad, de las luchas y los fracasos, de los triunfos, las canciones, las madres, los muchachos, etc , y se me nublaba la vista.
Recordaba la valiente experiencia insurreccional del 4 de febrero del 92, la fundación del MVR, el triunfo del 98, aquellas marchas, grandes marchas de Petare a la avenida Bolívar que nadie, nadie se ha atrevido a llenar de nuevo y que con miles de boinas y banderas rojas plenamos una y otra vez con el comandante y ahora yo, solo y rodeado de gente, bajando y llorando pensaba y repensaba: ¿quién la volverá a llenar…?
Luego de aquel 5 de marzo todo fué tristeza y llanto: aquel ataúd rodeado de gente y pueblo cruzando caracas, el velorio en la Academia Militar, un pueblo en llanto y mi rencor, nuestro rencor encerrado en miles de pechos valientes, deseosos interiormente, de salir a matar yanquis asesinos y culpables ahora indiferentes.
Amo a este pueblo venezolano que bañado en llanto, y cubierto de arrechera criolla, aguantó silente y de pie ese vil asesinato de nuestro querido y valiente compañero presidente y ha venido: poco a poco, paso a paso cumpliendo la promesa de luchar hasta vencer por una Venezuela libre y nuestra. ¡Nunca te olvidaremos querido y recordado comandante Chávez!
Recogiste la bandera, le pusiste la octava estrella que faltaba, recogistes el valor irreductible de Zamora, las memorias de las FALN, MIR, Bandera Roja, PCV, el Che Guevara, Tania, Fidel, Simón Bolívar, etc. Y la consigna suprema que planteó Fabricio Ojeda: la línea justa es luchar hasta vencer… ¡Venceremos comandante Chávez: nunca te olvidaremos!