El 27 y 28 de febrero de 1989, se produjo el hecho político de mayor trascendencia del siglo XX venezolano: la primera rebelión popular anticapitalista y antineoliberal en Nuestra América.
El mismo año que caía el muro de Berlín y se decretaba el fin de la experiencia socialista en la Unión Soviética, el pueblo de Bolívar inició el camino hacia su liberación definitiva echando por tierra la tesis burguesa del Fin de la Historia y del capitalismo como única opción para la Humanidad. Sin lugar a dudas, los acontecimientos de El Caracazo encendieron la llama de la Revolución Bolivariana.
En aquel momento, las masas populares se alzaron en contra de las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), contra la represión, la desigualdad, la explotación, la discriminación, el desempleo, la opresión; y la respuesta de la burguesía adeco-copeyana que ejercía el poder fue brutal: se cometió la más grande masacre de la historia contemporánea de Venezuela. Todavía desconocemos el número exacto de los miles de compatriotas que fueron asesinados por órdenes del gobierno adeco de Carlos Andrés Pérez.
El 27 F fue la expresión de las luchas revolucionarias guerrilleras, estudiantiles, obreras, de todos aquellos sectores progresistas que fueron perseguidos y silenciados durante la Cuarta República.
Quiero traer a la memoria las palabras del Comandante Chávez refiriéndose a estos hechos que irrumpieron para dividir en dos la historia patria: “Una nueva historia escrita con la heroica sangre popular venezolana. A nosotros y nosotras sí que nos está prohibido olvidar. Necesario es en este día rendirle tributo a nuestros mártires: ellos y ellas viven en la victoria de la Revolución Bolivariana. Como decía una luminosa e imperecedera consigna que nació del febrero rebelde de 1989: “No hay pueblo vencido”. Y nunca más habrá pueblo traicionado. Vamos a hacer memoria, vamos a seguir forjando memoria colectiva: saber de dónde venimos es decisivo para no perder el rumbo hacia el socialismo, esto es, hacia nuestra independencia definitiva”.
Eso jamás debemos olvidarlo. Continuamos en la misma lucha que impulsó la rebelión popular del 27 de febrero: la construcción de un nuevo modelo económico y político de justicia social, nuestro Socialismo Bolivariano.
En la compleja coyuntura que hoy atravesamos, la derecha alienta, mediante la manipulación mediática, un “estallido social” que nos lleve a un catastrófico escenario de “crisis humanitaria” para justificar una intervención extranjera en el país.
Sin embargo, y a despecho de los augurios y pronósticos de los intelectuales de la burguesía, no han “bajado los cerros”. Pese a las dificultades que hoy tenemos los venezolanos para cubrir nuestras necesidades básicas, en medio de una hiperinflación inducida y una guerra económica criminal, gran parte de nuestro pueblo está consciente de los esfuerzos que realiza el Gobierno Bolivariano para proteger a las mayorías.
Nos encaminamos, sorteando las consecuencias de un bloqueo financiero genocida impuesto ilegalmente desde Washington, al 100% de pensionados y pensionadas; al 100% de atención médica integral en todo el territorio nacional a través del programa Barrio Adentro; a la incorporación de más de un millón de jóvenes a la actividad productiva y al estudio mediante el Plan Chamba Juvenil. El presupuesto nacional está destinado en más del 70%, a garantizar el bienestar social de la población.
En ese contexto, más que en Venezuela, como pretenden alentar el imperio y sus aliados, bien podríamos decir que hay mayores probabilidades de una explosión social en Colombia, donde hemos visto saqueos y toques de queda en los últimos días; o en Argentina, donde millones marchan en contra de las políticas antipopulares de Mauricio Macri, solo por citar dos ejemplos.
Existe un feroz bombardeo mediático que busca achacarle al gobierno del Presidente Nicolás Maduro la actual crisis que atraviesa el país, pero el pueblo venezolano tiene claridad y sabe quién es el enemigo y se mantiene en la calle, organizado y consciente; así lo evidencia el éxito de los Ejercicios Militares Multidimensionales Independencia 2018, donde el pueblo trabajador y el pueblo uniformado reafirmaron la solidez de la unidad cívico militar, pilar fundamental de la Revolución Bolivariana, en la defensa de nuestra soberanía y nuestro derecho a ser libres.
La unión cívico militar, su consolidación como columna vertebral de la Patria Bolivariana, es la lección más valiosa que nos dejó el febrero rebelde. Y es que el 27 de febrero del 89, el pueblo salió sin la Fuerza Armada, que fue utilizada por el gobierno adeco para reprimir a miles de venezolanos. El 4 de febrero del 92, los soldados patriotas salieron cuando todavía faltaba avanzar en la unión con el pueblo. Eso no volverá a suceder nunca más porque hoy tenemos el gran movimiento popular cívico militar antiimperialista sobre el cual se sustenta la Revolución Bolivariana y que constituye el principal legado de Chávez.
El pueblo debe continuar organizándose para defender y conducir la Revolución Bolivariana, junto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y a las fuerzas revolucionarias que conforman el movimiento popular cívico militar. Necesitamos hoy lealtad absoluta en un solo propósito: la defensa de la Paz y de la democracia, la defensa de la independencia y la soberanía de la Paria, la defensa del futuro, la continuidad de la nueva historia sin opresores y sin exclusión que comenzamos a escribir aquel heroico 27 y 28 de febrero de 1989.
Como lo hemos dicho en distintas ocasiones y lo ratificamos hoy: nosotros sabremos defender esta Patria en el terreno y la circunstancia que sea. Al pasado de masacre y humillación no volveremos jamás. Como nos sigue diciendo el Comandante Chávez, nunca más seremos pueblo traicionado ¡No hay pueblo vencido!
¡Con Chávez Siempre!
¡Viva la Patria!