Geraldina Colotti
Dar «el asalto al cielo», como solíamos decir en los buenos tiempos cuando la revolución parecía estar al alcance, incluso en los países capitalistas, sin duda requiere preparación y un cierto nivel de sacrificio personal. Sin embargo, en el mundo del “post-todo” y de la sociedad disciplinaria, parece más difícil conquistar un objetivo mucho más modesto: tomar un avión para llegar a uno de esos países donde ese «asalto al cielo» se puede tocar con un dedo. Estamos hablando de Cuba y Venezuela, en el centro del ataque imperialista del nuevo Cóndor económico-financiero. En este contexto, se enmarca el asunto «aéreo» que involucra la escritora y que hasta ahora parece muy difícil de desenredar.
Resumimos brevemente los términos, para reflexionar y encontrar soluciones comunes, convencidas de que no lo es y de que no se mantendrá como un caso aislado. Todo comenzó en el aeropuerto romano de Fiumicino, donde la compañía Air Europa impidió que la escritora saliera en un vuelo, que la llevaría a La Habana a través de Madrid. La gerente del aeropuerto, a quien se le pidió que explicara por qué no se podía emitir la carta de embarque para el segundo tramo del viaje, los funcionarios de Madrid le entregaron un numero de… Washington. El vuelo fue impedido por los Estados Unidos, aunque el avión no preveía ninguna escala en territorio norteamericano ni fue dirigido a él. La negativa de Washington también resultó en la pérdida del boleto, que tenía incluido una parada en Venezuela para participar en la Feria Internacional del Libro.
De este modo, descubrimos que estamos en la No Fly List de Washington, la lista negra con la que Estados Unidos impide el viaje de cualquiera que consideren no deseado, dentro y fuera de su país. En resumen, no se puede cruzar un cielo considerado dominado por los Estados Unidos: ni siquiera por un microsegundo … De hecho, el problema ha reaparecido con un nuevo boleto, emitido por las líneas aéreas turcas y esta vez para Venezuela. Nuevamente, el 6 de noviembre, una inscripción en el monitor que indicaba «alerta roja» bloqueó nuestra partida de Fiumicino al momento de obtener la tarjeta de embarque: sin previo aviso, porque, por lo que hemos descubierto, Estados Unidos no tiene ninguna obligación con respecto a los pasajeros de otros países que han sido incluidos en su lista de prohibición.
Sin embargo, existen otras variantes sobre un tema que es difícil de descifrar legalmente, ya que estas violaciones de los derechos internacionales están cubiertos por criterios de secreto: nadie sabe a quién recurrir, a quién preguntar o qué hacer. ¿Por qué ha ocurrido este bloqueo de tránsito ahora, después de diez años de viajes a Venezuela y también a Cuba, durante los cuales la escritora ha cruzado los cielos de los Estados Unidos innumerables veces sin que esto implique ninguna prohibición de vuelo?
Los documentos legales en posesión de la escritora son los mismos que cuando, después de una larga condena por la lucha armada de los años setenta y ochenta, se restablecieron los derechos civiles y la tarjeta de periodista. El último viaje a Venezuela fue diez días antes. ¿Qué había cambiado de repente y por qué?
Según algunas fuentes en las que tiene sentido confiar, habría habido un cambio de dirección por parte de EE. UU., que habría decidido bloquear incluso a los internacionalistas que apoyan a países sancionados como Venezuela y Cuba, pero con qué criterios y, sobre todo, cómo protegerse, tanto en los derechos como en la cartera? Intentaremos salir nuevamente a Venezuela, pero ciertamente no podemos hacer una hipoteca para llenar los bolsillos de las aerolíneas …
¿Deberíamos arrodillarnos al chantaje? Para nada. Desde Venezuela hasta Cuba, desde América Latina hasta Europa, muchas voces se alzan para decir que si tocan a una de nosotros, nos afectan a todas y a todos. Todas la articulaciones del Conaicop está movilizada. Estamos organizando un informe que incluye casos similares para identificar características comunes. Estamos pensando en un grupo de abogados y juristas que plantee el tema en todos los foros internacionales.
En Italia, el abogado Alessandro Mustillo, un compañero del Frente Comunista de la Juventud y del Partido Comunista, se hizo cargo de la práctica. Haremos campaña como internacionalistas, con los trabajadores y con los movimientos populares por la libre circulación de puertos y cielos: conscientes de que solo cambiando verdaderamente las cosas en nuestro país podremos apoyar la lucha de los pueblos que una vez más han abierto el camino del socialismo.
Debemos movilizarnos, organizar iniciativas contra la arrogancia de los amos de los cielos. No podemos dejar que nos bloqueen. #ElBloqueoEsReal inmoral y perverso, escribió el ministro de Cultura Ernesto Villegas en un twitter solidario: el bloqueo es real, inmoral y perverso.
Revisión del castellano Gabriela Pereira