Jonny Hidalgo
Este artículo no está dedicado al análisis de los corruptos, sino de la corrupción como un problema estructural; entendiendo que ésta no es una exclusividad de PDVSA y que la mayoría de sus más de 150 mil trabajadores son personas honestas.
La corrupción es posible por fallas en los mecanismos de control que se dan por deficiencias en su diseño o por desequilibrios en la estructura de poder. En el caso de PDVSA, ambas condiciones se cumplen; por eso insistimos en su transformación estructural.
Un caso especial de estas fallas, es el que ocurre cuando se designa a alguien en un cargo directivo, sin que cumpla con los requerimientos éticos, políticos y técnicos, mínimos necesarios. Se abusa del poder para violentar los mecanismos de control de “Recursos Humanos” y lograr la designación deseada. Esto neutraliza a los ya ineficaces controles administrativos, que considerarán al designado como alguien “apadrinado”, aunque no sea cierto. Así, se le abre la puerta a la corrupción, el endiosamiento y al nepotismo, lo que conlleva al deterioro del clima organizacional y a la desmoralización de la clase trabajadora que luego se abstiene de hacer denuncias. Si la clase trabajadora no es expresión del Poder Popular, no puede superarse la corrupción administrativa.
Los responsables del desfalco a la nación ocurrido en PDVSA, son altos directivos que traicionaron la confianza que la República depositó en ellos. Por eso debemos entender que las prerrogativas legales para designar personas en “cargos de libre nombramiento y remoción”, en aras de la gobernabilidad, no pueden poner en jaque al proyecto nacional.
Los datos publicados en el Informe del Comisario de PDVSA 2015 – 2016 y los casos de corrupción expuestos por la Fiscalía General de la República, son por montos tan elevados que permiten pensar que este desfalco no fue ejecutado solo para hacerse ricos, sino para destruir a la Nación; lo que coincide con que el imperialismo trate de bloquear las cuentas bancarias de la Nación, justo cuando se pretende repatriar los capitales mal habidos.
Los responsables de esta situación, condujeron al incumplimiento de objetivos, nacionales e internacionales, establecidos por la Revolución, atentando contra la economía del país y la seguridad nacional. ¡Ellos deben ser severamente sancionados!
Congratulamos la valentía y el esfuerzo del Presidente Nicolás Maduro y del Fiscal General Tarek Williams Saab, en la lucha contra la corrupción.