El maltrato contra los animales esconde una serie de deformaciones en la humanidad del sujeto que las realiza y en la de quienes socialmente la aceptan como licitas.
Desde las organizaciones defensoras de los derechos de los animales y particularmente desde la Misión Nevado, hablamos de medidas que permitan un marco legal que castigue las prácticas aberrantes y el abandono, e impulsamos distintas iniciativas para que la comunidad tome conciencia sobre el valor que tiene la relación con los animales.
La mayoría de las personas desconocen las grandes ventajas que aportan los animales de compañía a su vida. Estudios científicos de distintas universidades del mundo, han comprobado que los animales de compañía, son fundamentales desde el punto de vista social y físico.
Psicológicamente, son importantes para niños y ancianos. Los gatos con su ronroneo producen al ser humano un efecto relajante y tranquilizador, que en el campo de la medicina ha dado excelentes resultados, en el tratamiento de enfermedades cardiacas, psicológicas o de hipertensión.
Diversos estudios demuestran que la presencia de un gato o un perro en el hogar es buena para la salud. Entre el humano y su animal de compañía, se desarrolla una relación afectiva generalmente muy armónica, que convierte a este en un amigo y un confidente. Que ellos, son capaces de devolver la sonrisa a una persona deprimida, estimular el carácter social de alguien que es tímido, ayudar a controlarse al que sufre impulsos violentos, y bajar la presión arterial a los hipertensos y calmar a las personas nerviosas.
Un reciente estudio, publicado en el American Journal of Cardiology, afirma que las personas que conviven con gatos tienen menor probabilidad de morir dentro del período de un año después de un ataque cardíaco, que aquellos que no lo hacen. La investigación explica que acariciar a un gato o escuchar su ronroneo, supone tener una vasodilatación de las arterias y vasos periféricos que favorecen la relajación.
Sobre este mismo tema un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, comprobó que la visita de apenas doce minutos hecha por un perro o un gato a un paciente hospitalizado por un problema de corazón, consigue mejorar su función pulmonar y cardíaca.
Valorar la vida de nuestros animales es sin duda, valorar nuestra propia vida.