Por Jonny Hidalgo
El proyecto Magna Reserva permitió certificar, en nuestro país, las mayores reservas petroleras del mundo, lo que por una parte nos afianza como proveedor seguro de petróleo y, por otra, justifica cuantiosísimas inversiones para su desarrollo, las cuales requieren de miles de pozos, decenas de mejoradores y demás infraestructuras. Se tendrían que desarrollar ciudades enteras en las adyacencias de las reservas. Esto da una idea del nivel de inversión, tiempo, personas y recursos requeridos.
Para el sicariato económico promovido por el imperialismo, no es necesario que las reservas se desarrollen, sino que se utilice el dólar en las inversiones, pues es el elemento que le da hegemonía a EE.UU. Esta era la razón de ser del “plan de expansión” promovido por la “Vieja PDVSA” desde principios de los 80. Nótese la importancia que tiene la decisión tomada por nuestro presidente, Nicolás Maduro, de cotizar nuestros recursos en otras monedas como el Yuan chino o el Rublo ruso.
Asumir que el ataque imperialista contra nuestro país es solo por las reservas petroleras, nos induce al error de obviar su pretensión de que volvamos al rol de país monoexportador, generarnos el deseo de conceder las reservas a cambio de un supuesto bienestar económico, tal como ocurrió en la Apertura Petrolera; y sentarnos a negociar con transnacionales y no con gobiernos que pretenden sancionarnos.
Las potencias mundiales atacan a la Revolución Bolivariana porque estimula un cambio en el Orden Mundial, donde el imperialismo no sobrevive. Seguirán atacándola con o sin reservas petroleras. Así ocurrió con nuestro Libertador Simón Bolívar, quien no enfrentó la cuestión petrolera pero sí abolió los elementos estructurantes del sistema económico de su tiempo: la esclavitud y la colonia. Asimismo, promovió la Liga de Naciones como un proyecto continental que transformaría el Orden Mundial.
Hoy, la Revolución Bolivariana ha utilizado sus recursos energéticos para fomentar la integración regional, las alianzas con países estratégicos de otras latitudes, desarrollar el aparato productivo nacional y reducir los niveles de pobreza en nuestro país con un mejor uso de la renta. Tenemos la oportunidad de utilizar nuestros recursos, el petróleo, para cambiar el mundo que el petróleo creó.
Para nuestros países no hay estabilidad posible en el orden mundial vigente; por eso necesitamos la revolución, cambiar nuestro rol y asumir el legado de nuestros libertadores.