Jonny Hidalgo
La primera campaña contra Petrocaribe está dirigida al pueblo venezolano. Esta afirma que regalamos el petróleo, olvidando que los adecos y copeyanos eran quienes lo regalaban como orimulsión o mediante concesiones.
La segunda campaña es para los países caribeños. En informes manejados en el Departamento de Estado y en ciertos organismos internacionales, se asegura que Petrocaribe generará una deuda inmanejable a sus países miembros; que no resultaría tan beneficioso porque los ahorros generados no serían administrados por las naciones, sino aportados al Fondo Alba Caribe. Analistas internacionales, aseguran que Petrocaribe no podrá mantenerse en el tiempo por la crisis que atraviesa Venezuela. Otros opinan que el volumen de hidrocarburos comprometido es tan bajo, que sí podría mantenerse. María Corina Machado, en 2014, se presentó en El Salvador afirmando que tendrían que pagarnos la deuda con su soberanía; ¡o sea que no regalamos!
La tercera campaña, la más peligrosa, está dirigida a PDVSA. Tratan de convencerla de que Petrocaribe afecta su flujo de caja; que es necesario cambiar el esquema de financiamiento; que las condiciones que generaron a Petrocaribe ya fueron superadas, pues los niveles de precios y producción ya no son los del 2005. Pretenden sustituir a la estrategia geopolítica por la “visión de negocios”, promoviendo cambios de orientación para las empresas mixtas creadas y haciendo ver a Petrocaribe como un contrato de suministros, que solo del suministro depende, obviando sus distintos mecanismos de cooperación e integración. Intentan convencernos de que Petrocaribe es una carga para PDVSA y no una estrategia importante de desarrollo y seguridad regional. Caer en la trampa de estas campañas es traicionar el legado del Comandante Chávez.
Ante tanta desinformación, hay que recordar que Petrocaribe es un proyecto geoestratégico que posee varios mecanismos de cooperación además del financiamiento de hidrocarburos. Lo que dio origen a Petrocaribe, más que las condiciones de mercado, fue la necesidad de una alternativa a la Iniciativa Hemisférica Energética (IEH) que acompañaba al ALCA, derrotada en el año 2005. Así, cualquier retroceso o desviación en la ejecución de Petrocaribe, conlleva a un reposicionamiento del imperialismo norteamericano en la región caribeña, que le permitirá obtener mejores condiciones para presionar política, económica y militarmente a Venezuela. De allí la importancia de mantener el sentido de dirección correcto de Petrocaribe.
Cuatro F Nº 148 (PDF)