Por: Elías Jaua Milano
En el artículo pasado analizamos el propósito principal del alto jerarca de la petrolera ExxonMobil, Rex Tillerson, que funge como Secretario de Estado del gobierno supremacista de Donald Trump. En tal sentido este agente imperial ordenó en México, más presión sobre Venezuela; en Argentina, un embargo al petróleo venezolano; en Perú, profundizar el aislamiento político al gobierno de Venezuela; en Bogotá, exigió medidas contundentes e instruyó, desde allí, a la oposición venezolana a no firmar el acuerdo político que garantiza a nuestro pueblo, la estabilidad política y económica necesaria para decidir nuestro destino en las venideras elecciones presidenciales. En Jamaica, parada final, ordenó prepararse para una gran crisis energética en el Caribe.
En paralelo a la gira injerencista y belicista del Secretario de Estado, se pronunció el mismo Donald Trump, voceros del Departamento de Estado y la Unión Europea otra vez movió la colita anunciando más sanciones. Los falaces argumentos de todos, que en Venezuela no puede haber elecciones anticipadas y unilaterales.
Vaya cinismo, los mismos entes que desde 2016 pedían elecciones presidenciales adelantadas, nos amenazan y sancionan, porque en Venezuela habrá elecciones presidenciales en 2018, como corresponde para que se cumpla el mandato constitucional de iniciar un nuevo periodo presidencial cada 6 años, que esta vez corresponde a la fecha 10 de enero de 2019. Hablan de convocatoria unilateral a las elecciones. ¿Desde cuándo en nuestro país, los factores políticos tienen que acordar un derecho que nos corresponde a los venezolanos y venezolanas, elegir o reelegir al Presidente de la República en el año anterior a la culminación del periodo presidencial?.
Como coralario, de la gira del Procónsul Tillerson, el personajillo Marcos Rubio, complementa la insinuación que ya había hecho el Secretario de Estado, y de manera directa llama a los militares venezolanos a contar con el apoyo de la comunidad internacional, si derrocan al gobierno de Venezuela.
Estemos claros compatriotas, no quieren elecciones, quieren violencia. Como lo afirmamos en el escrito del domingo pasado, el imperialismo no defiende intereses democráticos, nunca lo ha hecho, su propósito es ocupar y destruir a nuestra Patria, para consolidar su dominio geopolítico y energético.
No nos dejemos intimidar, somos venezolanos y venezolanas. Frente a eso, estamos obligados, a unirnos para defender nuestra Independencia y el derecho a vivir en paz y con prosperidad que tenemos como pueblo. Para ello debemos trazar una estrategia, evitar la guerra y recuperar la prosperidad económica; y ejecutar una táctica, lograr, como nunca antes, unas elecciones de masiva participación popular, de plenas garantías para todos los que participen como candidatos, con acompañamiento internacional, en el contexto de las más amplias libertades, como lo pidió el Comandante Chávez en su último mensaje, el 8 de diciembre del año 2012.
Que el pueblo participe y decida, yo confío plenamente en el pueblo al que pertenezco. En esas elecciones, nuestro pueblo marcará el rumbo. Lo que él decida, en ejercicio de su sagrada soberanía, debe ser respetado por quien pierda y por quien gané. La Patria está primero.