Por Lorena Almarza
La Junta Patriótica y el Frente Estudiantil convocaron la realización de una huelga general en la Universidad Central de Venezuela (UCV), en protesta contra el régimen dictatorial de Pérez Jiménez. Por entonces, “Estudiar y luchar” era la consigna de los estudiantes y la cual, según la profa Mercedes “Chela” Vargas, refería “el compromiso de ser los mejores en la formación académica y la acción política y social”.
Héctor Rodríguez Bauza, José Rafael Núñez Tenorio, Jesús Carmona, Mercedes “Chela” Vargas, Alfredo Maneiro, Julio Escalona y Alba Illamarandi, entre otros, eran parte de los “cabeza caliente” que encabezaron por el Frente Estudiantil la organización de la huelga. Esta instancia se había conformado en el mes de abril y hacían vida fundamentalmente, la Juventud del Partido Comunista y la de Acción Democrática, representadas en un primer momento por Germán Lairet y Américo Martín, respectivamente. Luego de la detención de ambos líderes se incorporaron Héctor Pérez Marcano, de AD, y Héctor Rodríguez Bauza, por el Partido Comunista, quien era el dirigente estudiantil de mayor experiencia, pues militaba en el PC desde 1946 y desde noviembre de 1948 era el secretario general de la Juventud Comunista en Caracas. Meses antes de la huelga, el Frente había difundido su primer manifiesto, a través del cual, rechazó los intentos continuistas de Pérez Jiménez, quien convocaba la realización de un plebiscito para mantenerse en el poder.
Por su parte, la Junta Patriótica conformada por Fabricio Ojeda, Amílcar Gómez y José Vicente Rangel por URD; Guillermo García Ponce por el PCV y Pedro Pablo Aguilar por el partido COPEI, realizaba llamados permanentes a la unidad del pueblo y distribuía volantes convocando a luchar contra Pérez Jiménez. En su primer manifiesto, denunció la ilegalidad de la fórmula plebiscitaria porque “(…) anulaba el derecho de los venezolanos a elegir a su Presidente y al Poder Legislativo”.
Conjuntamente, la Junta Patriótica y el Frente desarrollaron una serie de acciones de carácter organizativo, informativo y agitativo a fin de cohesionar la sociedad de cara al llamado a huelga general: actividades socio-culturales en diferentes comunidades, creación de círculos de estudio de jóvenes, trabajadores y trabajadoras, realización de reuniones clandestinas, mítines relámpagos y distribución de volantes y manifiestos. Al respecto, Rodríguez Bauza recordó: “(…) estábamos preparados con volantes que lanzábamos al aire (…) a la salida de las fábricas y en las paradas de autobuses, donde repartíamos impresos y hacíamos mítines relámpagos”. Destacó que a este levantamiento le precedieron distintas acciones de los estudiantes de los liceos Fermín Toro, Aplicación, Juan Vicente González, Andrés Bello, Luis Razetti, Caracas y del Miguel Antonio Caro.
Llegó el día
El 21 de noviembre, la Ciudad Universitaria fue tomada desde tempranas horas por los Agentes de Seguridad Nacional (SN). Sin embargo, numerosos volantes alusivos a la causa de la huelga estudiantil circularon, incluso en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la Universidad Santa María y la Escuela Técnica Industrial. En la UCV, los líderes del Frente entraban en las aulas de clases haciendo el llamado a sumarse a la huelga.
Ese día, la Seguridad Nacional irrumpió en los espacios de la UCV lanzando bombas lacrimógenas y llevándose estudiantes presos. Tras el allanamiento, las clases fueron suspendidas y los estudiantes detenidos en las sedes de la Seguridad Nacional y de la Cárcel Modelo fueron imputados por delitos ordinarios. Al día siguiente, ninguna noticia en prensa.
El Frente pasó a la clandestinidad y continuó con la Junta Patriótica realizando diversas acciones a fin de mantener el espíritu de lucha activo contra la dictadura. Luego de aquel llamado a huelga se intensificaron las protestas, y la sociedad en general fue despertando contra el régimen dictatorial. Un año más tarde la huelga general fue recordada por la Junta de Gobierno, la cual decretó la celebración del Día del Estudiante todos los 21 de noviembre.
Chela Vargas: Luchadora contra la dictadura
Mercedes “Chela” Vargas, mujer aguerrida y militante de la Juventud del PC, participó activamente en las acciones organizativas y de agitación del año 1957. En un conversatorio hace un par de años, contó que entre otras tareas, le correspondió la fundación de círculos de estudio conformados por estudiantes y trabajadores, así como de actividades políticas y culturales en las comunidades populares caraqueñas. De aquel 21 de noviembre comentó “(…) yo salí vestida de monja por unas hermanas de la residencia estudiantil. Salí en el carro de una muchacha rica a la que vinieron a buscar. A partir de ahí tuve que cambiar mi imagen; yo usaba una trenzas y la juventud del PCV me las mandó a quitar (…) Me mandaron a poner casi al rape; pero sin embargo, me reconocían. Una vez me metieron en el teatro universitario para que me maquillaran, porque siempre he sido muy sencilla, pero cuando me iba me vio pasar un amigo y me dijo: ‘Adiós Chela Vargas”.
Luego del derrocamiento de Pérez Jiménez, ella y su compañero de vida y lucha José Rafael Núñez Tenorio, creían que vendrían tiempos de democracia, sin embargo, el espíritu de la unión cívico-militar fue traicionado, y en breve, el Partido Comunista ilegalizado. En esos días, se firmó el Pacto de Punto Fijo. Ambos continuaron la lucha contra los gobiernos de la IV República. Regresó la persecución y la represión. Incluso Núñez Tenorio fue encarcelado en la cárcel modelo, Cachipo, La Pica y en el cuartel San Carlos. Desde la cárcel fundó una escuela de formación política donde dictó Teoría Política, Estrategia y Táctica, Economía Política e Historia de Venezuela. Por su parte Chela, con el esposo preso y dos hijos pequeños continuó luchando.
Chela aún nos acompaña, y ve en la revolución bolivariana cristalizada sus años de entrega y lucha. En su opinión, “En la revolución bolivariana se anima la esperanza. No importa entonces que la vasija aún no está llena, hay cada vez más espacios de participación para luchar con alegría por el buen vivir en la satisfacción de las necesidades humanas reales”.