Por Luisana Colomine
Para el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Isaías Rodríguez, el país pensó que la constituyente le iba a resolver el problema político-económico, lo cual, en su opinión, es distinto a la paz.
“La paz es un concepto un poco utópico, tiene mucho de poesía y el pueblo es muy pragmático” admite Rodríguez y agrega que la gente sigue pendiente de que no le alcanza el dinero, que no consigue algunos alimentos o medicinas “y en ese sentido si nosotros no logramos interpretar ese país, ese país va a empezar a tener frustraciones con respecto a la constituyente”.
Dialogar con alguien que no quiere a la Patria, no tiene sentido”, afirma el segundo vicepresidente de la ANC para quien ese proceso no debe significar ni perdón, ni amnistía ni indulto sino también justicia.
No obstante, cree en la madurez de ese pueblo: “el pueblo va a saber pasar por encima de esas frustraciones y va a lograr que en algún momento la ANC lo comprenda, y lo comprenda el gobierno también, pues yo no entiendo al gobierno sin la Constituyente ni a la Constituyente sin el gobierno. Para mí son dos sujetos políticos distintos pero que marchan como unos rieles de tren: van hacia el mismo camino y uno se fortalece con el otro aunque creo que el gobierno se fortalece más con la Constituyente que ésta con el gobierno.
¿Si ese pueblo no avizora soluciones a sus problemas cuál puede ser el escenario?
– No creo que nuestro pueblo se plantee una insurrección popular, ni tomar Miraflores ni colgar a los curas de los postes. Lo más interesante de este proceso es que este pueblo ha aprendido que él es la fuerza y que esa fuerza no necesariamente tiene que ser violenta. Nuestro pueblo es eminentemente pacífico y eso significa que puede presionar con la paz. Aunque suene extraño esto: la paz también sirve para presionar, la paz puede ser una pausa, puede ser la espera, no necesariamente es la ausencia de conflicto. La paz se disfraza de cualquier cosa o la maquillas de cualquier manera para que parezca paz y una pausa, una espera es paz, evidentemente toda espera desespera y no es que van a estar esperando eternamente…
En su opinión, esta experiencia de tratar de construir una revolución pacífica adaptándose a las reglas de la democracia burguesa puede ser una manera de construir otro mundo posible, una alternativa a la sociedad capitalista. “A lo mejor muy lenta (los resultados de las acciones del Ché Guevara en Bolivia, por ejemplo, no fueron inmediatos) tan lenta que no se sienta, pero ya el hecho de que EE.UU le esté declarando la guerra militar a Venezuela con todo y el desastre que podamos tener aquí, con todo el aburguesamiento, estamos claritos de que en Venezuela hay una revolución…”
¿Cómo evalúa el proceso de diálogo Gobierno-Oposición en ese escenario?
– El ámbito internacional nos dice en este momento que hay que dialogar; el Papa nos dice que hay que dialogar, igual la comunidad latinoamericana, el Caricom, Europa. China no ha dicho nada pero nos acompaña, igual que Rusia. El país tiene espíritu de diálogo sobre todo el presidente Maduro ha demostrado eso y yo creo que hay que dialogar, pero evidentemente para eso necesitas dos. El prefijo “DI” quiere decir dos: hablar entre dos y si el otro no habla contigo o si se pierde el tiempo tienes que dar todas las pruebas de que quieres dialogar, pero no te puedes consumir en un diálogo que no dé resultado.
¿Cree que no dará resultado?
– Si el adversario persigue unos objetivos a través de ese diálogo que no son los tuyos (porque el diálogo es para lograr un objetivo común, nunca vas a lograr con el diálogo lo que aspiras), en mi opinión los Estados Unidos tienen una táctica sobre el diálogo distinta a la de El Vaticano. El Vaticano cree en el diálogo como política contra el esquema de opresión y violencia de EE.UU, pero EE.UU usan el diálogo para ganar tiempo, hasta que el gobierno se desnaturalice o se derrumbe, porque mientras estás dialogando hay unas medidas económicas, te mantienen controlado el precio del petróleo, no te envían los fármacos ni los alimentos, no tienes el financiamiento abierto. Mientras estás dialogando te estas acabando porque hay un mundo aparte que tu no controlas con el diálogo entonces el diálogo debe tener un tiempo determinado, no puede ser un espacio abierto. El mundo debe demostrar que tiene todo el espíritu de dialogar pero no el espíritu de acabarte. Un poco eso de que yo acompaño a mis hijos al cementerio pero no me entierro con ellos…
En su opinión, es indispensable saber con quién se dialoga: “Si quien está dialogando contigo no tiene los mismos fines patrióticos, estás perdiendo el tiempo, es decir, dialogar con alguien que no quiere a la Patria no tiene sentido porque tú estás dialogando por la Patria y el otro está dialogando contra la Patria. Debe haber un tiempo para eso, y, ojo, el diálogo no significa ni el perdón ni la amnistía ni el indulto, tu puedes dialogar y después que dialogues y llegues a conclusiones decirle al pueblo señores ya dialogamos y llegamos a estos acuerdos, ahora viene la justicia que ustedes quieren”.
¿Será por eso que amenazaron con retirarse?
– La oposición mata al tigre pero le huye al cuero. Sale al exterior a matar tigritos, se toma fotografías en Europa, disimula que quiere diálogo, cobra en dólares y cuando le toca sentarse a conversar le huye al cuero del tigre. La espanta la paz y el juego democrático. Es una oposición florida para la violencia y “borgeana” para la paz. Chismea y cuando en el exterior le hacen caso abandona por la derecha. Es irresponsable hasta con quienes la financian. Niega al CNE y después le jura fidelidad y lealtad. Se hace oposición a sí misma. Es un verdadero desastre y el próximo 15 de octubre el país le dirá cuánto se ha equivocado. Venezuela está urgida de una oposición que ejerza su verdadero rol en un estado plural y democrático.