Por: Julio Escalona
La generalidad de los economistas ha ridiculizado la propuesta del presidente Maduro de desechar el dólar como moneda de reserva y adoptar una canasta de monedas. Pero esa propuesta está ajustada a la economía y a la geopolítica de hoy. El avance de China y su alianza con Rusia e India marcan una clara superioridad con respecto a EE.UU.
La dependencia de EE.UU del gasto militar, de las amenazas y agresiones a otros países, como Venezuela, Rusia, China, Medio Oriente, Cuba… lo convierte en una amenaza para la humanidad. El déficit comercial y el déficit fiscal se han hecho crónicos y no tienen solución, convirtiendo el dólar, sin otro respaldo que la especulación financiera y la fuerza militar, en fin, una manera de estafar al mundo.
El eje de la economía se traslada al Asia y particularmente hacia China, el principal importador de petróleo del mundo, quien anuncia que pagará el petróleo y el gas en yuanes y los bienes que China vende al mundo se pagarán de esa manera y el yuan-oro irá ocupando el lugar del dólar. El monto de reservas de divisas y oro chinas alcanzó el récord de 3,82 billones de dólares.
Es en este proceso donde el presidente Maduro decidió abandonar el dólar como moneda de reserva y adoptar una canasta de monedas, que incluye al yuan. ¿Quién está equivocado? Creo que los economistas que de manera ligera se han pronunciado. Es el presidente Maduro quien está leyendo de manera acertada la situación. Los economistas opositores no trabajan las relaciones entre geopolítica y economía y su obsesión por derrocar a Maduro no les permite comprender la totalidad de la situación.
Podríamos estar entrando en un proceso que vaya cerrando el ciclo neoliberal que se consolidó con el golpe de Estado planetario que el poder mundial dio el 11 de septiembre de 2001, en Nueva York, con el atentado contra las torres gemelas, que permitió justificar las leyes antiterroristas que “legalizaron” la tortura, las detenciones sin fórmula de juicio, los asesinatos fundados en la simple sospecha, las cárceles clandestinas, y dieron paso a la era del terror, que condujo a la invasión de Afganistán, Irak, Libia, la guerra en Siria, el desarrollo de Al Qaeda, el Estado Islámico y demás organizaciones terroristas. El capitalismo terrorista debe ser la última fase del capital.