Adán Chávez Frías
En 1999, con la aprobación por el voto popular y directo de nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el pueblo venezolano dio inicio al camino de su segunda y definitiva independencia al empezar a sentar las bases para la edificación del Estado democrático y social, de Derecho y de Justicia, que garantice, siguiendo la doctrina del Padre Libertador Simón Bolívar, la mayor suma de felicidad posible a todas y a todos.
Atrás quedaron para siempre, los días de una Constitución y de un proyecto de país concebido por una élite, para asegurar y proteger los intereses de la oligarquía, el empresariado, las transnacionales y las clases dominantes.
El sendero que nos lleva hacia la construcción de una nación libre y soberana, no ha estado exento de peligros y de amenazas. Pese a ello, hemos avanzado a pasos gigantescos en estas casi dos décadas, reivindicando los derechos sociales de la mayoría de nuestra población.
Sin embargo, aun tenemos cosas por hacer. Necesitamos imperiosamente reformar el modelo económico y enrumbarnos hacia la Venezuela post petrolera, con una economía diversificada y productiva.
También nos hace falta derrotar de una vez por todas los vicios heredados del pasado, dejar atrás el burocratismo, la corrupción, el clientelismo, la ineficiencia, y para ello debemos fortalecer la transferencia del poder al pueblo organizado y consciente.
La Revolución Bolivariana no es estática. Se transforma constantemente y de manera dialéctica. La contundente victoria popular obtenida el 30 de Julio de este año, nos indica que el pueblo ha entendido la necesidad de darle continuidad al proceso constituyente, que se inició en 1999, para avanzar hacia una nueva etapa de la Revolución. De igual manera deben interpretarse los resultados electorales del 15 de octubre.
Y es que el objetivo fundamental del proceso de liberación nacional liderado por nuestro Comandante Eterno, pese a las coyunturas y las adversidades, es y seguirá siendo construir una verdadera democracia con la participación y el protagonismo del pueblo.
Como lo señaló el Comandante Chávez el 17 de enero de 2007, durante la Juramentación del Consejo Presidencial para la Reforma Constitucional y del Consejo Presidencial del Poder Comunal: “Siempre debe estar allí el poder constituyente, ese es el poder de la Revolución, el poder revolucionario, el poder del pueblo, el poder popular, el poder constituyente. El poder constituyente es un impulso, una potencia permanente que está siempre ahí y nunca debemos dejar que se congele o se enfríe, eso sería la muerte de la Revolución.”
El pueblo constituyente, debe ahora más que nunca consolidarse para enfrentar los intentos imperialistas de derrocar un modelo centrado en lo social y no en el libre mercado. Y no retrocederemos. Desde la actual Asamblea Nacional Constituyente trabajaremos por mejorar algunos aspectos de nuestra Carta Magna, para adaptarla a la nueva realidad económica y política y garantizar el cumplimiento del Plan de la Patria, hacia la construcción de una Venezuela potencia y socialista.
Existe en estos momentos una tendencia internacional en la que sectores hegemónicos de la economía pretenden reinstaurar una nueva era neoliberal en Nuestramérica y en el mundo, para sortear la crisis estructural del capitalismo con el saqueo y la expoliación de los que consideran “más débiles”. Nuestros pueblos han decido ser libres y protagonistas de su propia historia, y nada ni nadie podrá detenerlos.
Estamos defendiendo el modelo de justicia social que nos señaló Chávez, en medio de un brutal asedio que aspira doblegarnos para apoderarse de nuestras riquezas como nación, de nuestro territorio.
La Venezuela heroica que se manifestó el 30 de julio, el 15 de octubre; y que seguramente lo hará de igual forma el 10 de diciembre, sigue en pie de lucha en la defensa de la patria libre y soberana. Continuamos en la senda de la paz que nos indica desde siempre el Comandante Eterno Hugo Chávez.
Las ilícitas sanciones del gobierno de Canadá
El Gobierno de Canadá ha emitido nuevas sanciones individuales contra el presidente Nicolás Maduro, el vicepresidente Tareck El Aissami, el Ministro del Poder Popular para el Petróleo, Eulogio del Pino, entre otros funcionarios. Triste papel el del gobierno canadiense que se subordina sin recatos a las órdenes del Sr. Donald Trump, en la arremetida imperial. Si con acciones injerencistas como esta pretenden doblegarnos, se equivocan, lo que lograrán es reafirmar aún más nuestro compromiso y lealtad con la Patria, a la vez que nos ratifican que estamos en el lado correcto de la historia.
Entre los “elegidos” para ser sancionados nos incluyen a dos hermanos del Comandante Eterno, entre los que me encuentro. Estas sanciones, hay que explicarlo, tienen un carácter político, y buscan la criminalización del legado de Chávez. La persecución hacia la familia del Comandante Eterno, se ha intensificado en los últimos años. A sus integrantes se les ha señalado sin pruebas de ningún tipo, de diferentes delitos. Así también lo han hecho con el presidente Nicolás Maduro y su entorno familiar.
Esta es una táctica utilizada por los servicios de inteligencia estadounidense en Libia, contra la familia del presidente Muammar al- Gaddafi; en Irak, contra la familia del presidente Saddam Hussein, ambos asesinados tras invasiones militares estadounidenses.
Su finalidad es intentar desmoralizar al pueblo. Generar desconfianza. Sembrar la duda sobre la transparencia y la legitimidad del proceso revolucionario. Nuevamente no podrán hacer mella en la conciencia de la mayoría; de ese pueblo que pasó de la exclusión al protagonismo y no dará marcha atrás. En cualquier circunstancia continuaremos defendiendo el camino que empezamos a trazar junto a Hugo Chávez, y ahora continuamos con el presidente Maduro, el camino de la democracia protagónica y participativa que permita a las mayorías gobernar desde el pueblo y para el pueblo.
Estamos a las puertas de una nueva muestra del carácter democrático de nuestro proceso revolucionario: las elecciones municipales. Nuestro pueblo es sabio y consciente y elegirá sin dudas a los mejores líderes y lideresas, a los más consecuentes, a los más comprometidos y honestos, a los que sean verdaderamente coherentes entre el decir y el actuar; a los que sientan, padezcan, luchen junto con y por el pueblo. Porque, como nos sigue diciendo Chávez, el pueblo es el verdadero, es el único, es el que lleva en sí mismo la llama viva y permanente del Poder Originario, es el Poder Constituyente. El pueblo es el alma y aliento de esta Revolución Bolivariana y Chavista y no se equivoca…
¡Hasta la Victoria Siempre! ¡Venceremos!