Por Adán Chávez Frías
Los resultados del 15 de octubre enviaron un nítido mensaje al mundo: la mayoría del pueblo venezolano quiere paz, independencia, soberanía y democracia. Con una participación superior al 60%, el electorado votó en contra de la injerencia imperialista y la violencia.
La “junta directiva autoproclamada” de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) conformada por los partidos Voluntad Popular (VP), Primero Justicia (PJ) y Acción Democrática (AD), fue la gran derrotada, así como sus cabezas visibles Leopoldo López, Julio Borges y Henry Ramos Allup.
Ojalá, como resultado de lo anterior, emerja un nuevo liderazgo opositor serio que respete la Constitución, la diversidad de criterios, el diálogo; que no negocie la independencia y la soberanía de la Patria con sus amos imperiales y que renuncie a métodos violentos y fratricidas en sus intentos de gobernar.
Para las fuerzas de la Revolución, la histórica y contundente victoria popular no significó solamente un triunfo electoral del chavismo y los partidos aliados, significó, fundamentalmente, un nuevo voto de confianza de nuestro heroico y sabio pueblo a la gestión del Gobierno Bolivariano.
El rechazo a la violencia, a la posibilidad real de una guerra civil inducida por el odio fascista, se impuso el pasado 15 de Octubre. A pesar de las duras consecuencias de la actual situación económica, nuestro pueblo patriota votó por la garantía de estabilidad política y social, por la real opción de avanzar en un modelo económico que supere el rentismo petrolero y apueste a una economía productiva y diversificada. Votó por la continuidad de los programas sociales de la Revolución Bolivariana; votó por el programa de alimentación con los CLAP, por las misiones para los sectores más desprotegidos, por el aumento decretado para los jubilados y pensionados, por el aumento salarial y la protección del empleo.
El electorado castigó duramente a todos los que promovieron el intervencionismo. No olvidemos que unos días antes de las elecciones, la embajada de Estados Unidos en Venezuela llamó a participar masivamente “para defender la democracia”. El pueblo entendió bien el mensaje y propinó una fuerte estocada a la ultraderecha proimperialista y antipatria.
Los revolucionarios no debemos dejarnos embriagar por las mieles del triunfo y responsablemente también tenemos que hacer una lectura profunda a esta nueva victoria. Es imposible en un solo artículo abordar este análisis a fondo. Adelanto algunas ideas. El momento histórico de superar la etapa electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha llegado. El Comandante Eterno Hugo Chávez, siempre señaló la imperiosa necesidad de convertir la poderosa maquinaria electoral chavista en un partido de vanguardia que pueda conducir a la Revolución Bolivariana a una victoria definitiva sobre los enemigos de la Patria, la guerra económica, la ineficiencia y la corrupción.
Debemos ver con humildad esta renovación de la confianza de nuestro pueblo. Es imperioso seguir fortaleciendo la capacidad de dirección del PSUV y del Gran Polo Patriótico, para lograr la definitiva organización del pueblo a fin de derrotar la inflación y los demás flagelos que nos amenazan como sociedad.