Por Nino Pagliccia
En un solo día, el 15 de octubre, Venezuela ha logrado varios hitos destacados en nuestra región en un momento en que enfrentamos peligrosos conflictos mundiales y disturbios. Al llevar a cabo elecciones justas para los gobernadores de los 23 estados, Venezuela ha demostrado que las personas valoran la oportunidad de participar en la toma de decisiones incluso en circunstancias difíciles.
El Gran Polo Patriótico, una coalición de diez partidos, incluido el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) partido de gobierno, y el Partido Comunista de Venezuela (PCV), ganaron 18 gobernaciones y perdieron 5 a la coalicion de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Esto representa ganar una batalla significativa, pero la guerra aún se está gestando.
La importancia de esta victoria radica en los diferentes frentes en los que Venezuela ha establecido un claro reclamo.
En el frente democrático, el 64% de los votantes que participaron en las elecciones hicieron una declaración implícita de que no hay dictadura en Venezuela, en contra de la propaganda de los medios corporativos occidentales de derecha. De hecho, no ha habido escasez de elecciones en Venezuela. Esta ha sido la 22ª votación libre y secreta en los últimos 18 años, incluido un referendo fallido para revocar a Hugo Chavez de la presidencia en 2004.
Este despliegue de la construcción de la democracia va en contra de la reciente acción del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, que realizó una ceremonia de juramento en Washington, DC de una «corte suprema» cuyos miembros son venezolanos que se oponen al gobierno de Maduro que abandonaron el país. Esta es una fragante injerencia ilegítima y antidemocrática en los asuntos internos de Venezuela. Luis Almagro no tiene vergüenza de mostrar su antipatía personal por Nicolás Maduro, pero debería avergonzarse de involucrar a la organización que representa.
El presidente boliviano, Evo Morales, ha expresado sucintamente esta victoria para la democracia en Venezuela, cuando publicó un tuit que decía: «La democracia le ha ganado a la intervención y la conspiración. La gente defiende su soberanía y dignidad».
El segundo frente donde esta elección puede reclamar una victoria es probablemente la más aclamada: el deseo de las personas de vivir en paz. La gran cantidad de votantes es a la vez testimonio de un desafío audaz y una declaración de aspiraciones para un país en paz. Alrededor de 10 millones de venezolanos han aceptado participar en este diálogo electoral en el entendimiento de que la violencia no puede ser una moneda de cambio.
Telesur informó que la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, Delcy Rodríguez, elogió al pueblo venezolano por acudir a las urnas y ratificar su deseo de vivir en paz. «Esta fue una elección convocada por la Asamblea Nacional Constituyente y no nos equivocamos», dijo Rodríguez. «Esta elección nos ha permitido consolidar la paz y defender (nuestra) soberanía».
La victoria del Chavismo en el frente político es quizás la más tangible para los analistas políticos. A pesar de las dificultades económicas en Venezuela causadas por duras sanciones estadounidenses, a pesar de la propaganda negativa de los medios de comunicación, y a pesar de meses de violencia callejera desencadenada por la oposición que causó 126 muertes, los venezolanos siguen confiando en el apoyo del partido gobernante, el PSUV, con un 54% de voto popular general. Teniendo en cuenta que el PSUV es un partido abiertamente antiimperialista que aboga ferozmente por la independencia y la soberanía, el voto señala un rechazo a cualquier intervención directa de los Estados Unidos. Evo Morales interpretó correctamente este sentimiento en su tuit, «el pueblo triunfó sobre el imperio. Luis Almagro perdió con su jefe, Trump «.
La oposición MUD no ha tenido un mal desempeño si tenemos en cuenta que obtuvieron dos estados más en comparación con los tres que tenían en las elecciones de 2012. (Estados ganados por la oposición en las elecciones de 2017: Anzoátegui, Mérida, Nueva Esparta, Táchira y Zulia)
Sin embargo, la oposición no respetó el proceso democrático y rechazó la oferta de paz y diálogo, al no reconocer los resultados de las elecciones.
En una verdadera democracia, las diferencias en la política estatal no son motivo de revuelta, pero la continua actitud beligerante de la oposición MUD está peligrosamente alimentada por Estados Unidos, Canadá y cada vez más por la UE. Este es precisamente el tipo de interferencia que Venezuela no necesita y la Revolución Bolivariana está rehazando. En estas circunstancias, no se puede confiar en la oposición y nadie puede bajar la guardia.
Por ahora, nos unimos a todos los venezolanos en una celebración vigilante por su victoria para la democracia sobre la violencia.