Eduardo Cornejo De Acosta
Donald Trump es un personaje pintoresco, interesante para el estudio, podría pasar hasta por cómico si no fuera que sus estropicios dañan la vida del planeta. Y no solo tiene que ver con la subida unilateral de aranceles que contra país que se le ocurra. Tiene ya bastante tiempo enfrentado con China, aunque el año pasado ya lo hiciera contra el acero y aluminio que importaban de la Unión Europea, sus aliados por cierto, creando malestar en Francia y Alemania principalmente.
Tiene que ver también con sanciones unilaterales contra Irán, Rusia, Vietnam, que también es un importante socio comercial de Washington. Contra Cuba, Venezuela, acciones contra la India, es decir, contra países de todo el orbe.
Las arremetidas no solo quedan en la subida de aranceles, pasan a sanciones financieras, a hostilidad contra países a los que consideran enemigos o reacios a seguir sus dictámenes.
El pintoresco inquilino de la Casa Blanca ha devaluado la política, la diplomacia. No nos cansamos de decirlo. Incumple con una estructura jurídica creada luego de la segunda guerra mundial para favorecer los intereses norteamericanos.
Eso le crea antipatía y conflictos con gente dentro de su mismo país. Los llamados globalistas, por ejemplo, más ligados a los sectores financieros que tienen aliados en todo el mundo, no admiten como el mandatario republicano patea el tablero cada vez que se le antoja haciendo inestables los negocios, creando rencillas con sus aliados.
En ese interín China aprovecha los espacios que Trump estropea. Por ejemplo, el sábado 10 de agosto Pekin abrió oficialmente el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés).
Xi Jinping, primer mandatario chino, expresó que con el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura se “mejorará las oportunidades de desarrollo de la infraestructura en Asia y promoverá la integración económica regional”.
El citado banco, un coloso en realidad, no restringirá su accionar a Asia. Tiene proyección mundial, y se estima que se convertirá en una contraparte al Fondo Monetario Internacional.
De hecho, otra derrota diplomática del impulsivo Trump ocurrió el año pasado, cuando sancionó a la Unión Europea, cuando llamó títeres a las autoridades alemanas por seguir el proyecto Nord Stream 2 junto a Rusia, por llamar parásitos a los demás miembros de la OTAN, y muchos de sus “aliados”, Reino Unido, Alemania, Australia y Corea del Sur, se sumaron al Banco Asiático de Inversiones e Infraestructura.
En sus inicios, el proyecto financiero incorporó 57 países, hoy se ha sumado una veintena más.
Todos ellos hacen parte de alguna manera de lo que será la Ruta de la Seda. Corea del Sur, en un principio, no aceptó participar por presiones de Washington. Se sabe que la Casa Blanca y sus sicarios operan mediante chantajes o campañas de terror. El “cuco” de que Corea del Norte podía atacarlos y ellos, Estados Unidos, son quienes los protegen, por ejemplo no les funcionó del todo.
En este momento ya son 19 países europeos sumados, y, sorpresa, también Canadá. Según trascendió, la directiva, el manejo de la directiva, el mayor peso en cuanto a los votos, en el Banco Asiático de Inversiones e Infraestructura, lo tienen China, la India, Rusia, Alemania y la República de Corea.
La importancia de este naciente monstruo financiero la resaltó The New York Times, en diciembre del 2018, señalando que “los países están descubriendo que deben operar cada vez más en la órbita de China”.
El banco viene a ser el soporte, el músculo financiero, para la Nueva Ruta de la Seda que debe entrar en vigencia el 2020.
Por cierto, Venezuela es, hasta el momento, el único país de nuestra área que es miembro pleno del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, que junto a la Organización de Cooperación de Shangai, serán vitales en la nueva Ruta de la Seda.
Finalizando agosto, Trump debió extender otros noventa días la moratoria de sanciones contra la empresa china Huawei.
El anunció lo hizo Wilbur Ross, secretario de Comercio. «Algunas compañías dependen de Huawei…Por eso les damos un poco más de tiempo para que se desvinculen», agregó.
La decisión posterga la aplicación de medidas contra Huawei hasta aproximadamente el 19 de noviembre.
El presidente Trump también ha postergado hasta diciembre la aplicación de aranceles sobre cientos de miles de millones de dólares en importaciones desde China.
Los arranques de fanfarronería y grandilocuencia le pasaron factura en este mundo globalizado y tuvo que recular. Y es que además, finalizando el mes, agricultores y pequeños ganaderos y puericultores le exigieron que pare esa guerra con China les costó 14 mil millones de dólares, ya que China suspendió una compra de soya y carne de cerdo.
En un año electoral, donde los agricultores y productores pecuarios son base de su respaldo electoral, Trump debe estar pensando en meditar sus arrestos.
Otro incidente lo protagonizó con la primera ministra de Dinamarca. El llamativo inquilino de la Casa Blanca se le ocurrió decir que quería comprar Groenlandia, la primera ministra del país escandinavo le dijo que la isla no estaba en venta y Trump se sintió ofendido y ripostó en consecuencia.
Horas después, la primera ministra de Islandia, Katrín Jakobsdóttir, dijo que no se reuniría con el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, durante su visita a Reikiavik, el próximo 2 de septiembre.
Jakobsdóttir dijo que asistirá a una conferencia sindical en Suecia. Analistas interpretan el hecho como una solidaridad con Dinamarca ante la prepotencia norteamericana.
Thor Whitehead, historiador islandés, dijo a la agencia AP que el plantón de Jakobsdóttir a Mike Pence es algo que «no tiene precedentes para un primer ministro islandés. Dudo que cualquier otro líder occidental decida dirigirse a una conferencia amistosa en el extranjero en lugar de dar la bienvenida a un importante aliado extranjero».
El 23 de agosto el gobierno de la República Popular de China anunció la imposición de aranceles a bienes de Estados Unidos por valor de 75.000 millones de dólares, los mismos que entran en vigencia el 1° de septiembre.
El País de España publicó, el 2 de junio de 2017, que Estados Unidos ha dejado de ser un aliado del planeta. Donald Trump dio rienda suelta hoy a sus creencias más radicales y decidió romper con el “debilitante, desventajoso e injusto” Acuerdo de París contra el cambio climático. “La retirada del pacto firmado por 195 países marca una divisoria histórica. Con la salida, el presidente de la nación más poderosa del mundo, no solo da la espalda a la ciencia y ahonda la fractura con Europa, sino que abandona la lucha ante uno de los más inquietantes desafíos de la humanidad. La era Trump, oscura y vertiginosa, se acelera”, afirmó El País.
Hoy que la amazonía corre peligro, recordamos que Trump también está en guerra con el clima.