1817
Ezequiel Zamora Correa, nació en Cúa, el 1° de febrero de 1817. Sus padres fueron los blancos de orilla Alejandro Zamora y Paula Correa, modestos propietarios agrícolas que se incorporaron a la gesta independentista. Su padre, fue oficial del ejército y murió en 1821, en la Batalla de Carabobo. Su madre, fue una mujer combativa que participó en el proceso independentista ayudando en la organización de grupos de mujeres para apoyar la causa y a su vez, consiguiendo pertrechos, armas y municiones para la tropa.
Ese año, según cuenta Francisco Pidival, “comenzó la organización revolucionaria, en lo militar, en lo político y en lo civil de la Tercera República. ¡Todo bajo las orientaciones del Libertador!”. Tras la Campaña de Guayana Bolívar se instaló en Angostura – hoy ciudad Bolívar- y dio a la bandera su octava estrella. La campaña fue un gran éxito y luego de varias batallas se logró expulsar a todos los realistas de la región. Sobre esta acción Miguel Acosta Saignes señala que para “Bolívar no se trató de una provincia más sino de un territorio decisivo”. Angostura se convirtió en la capital de la República en lucha, y entre las ventajas consideradas por el Libertador se cuenta que el Orinoco facilitaba la comunicación con el Caribe y con las regiones llaneras.
Al cierre del año, se encontró con Paéz para emprender la campaña de los Llanos. Es importante mencionar que en ese período fueron capturadas y posteriormente confiscadas por órdenes del Libertador, las goletas norteamericanas “Tigris” y “Liberty”, las cuales llevaban armamento para las fuerzas españolas. Desde entonces ya podía verse claramente lo lejos que Estados Unidos estaba de apoyar los movimientos independentistas en nuestras tierras.
EDUCACIÓN
Ezequiel cursó estudios en Caracas, en la escuela de primeras letras del maestro Vicente Méndez, la cual estaba ubicada en la esquina de Las Mercedes. En su educación influyeron su madre y Johannes Gáspers (esposo de Carlota, hermana de Ezequiel), revolucionario francés que llegó al país huyendo de las persecuciones realizadas en Europa en la década posterior a la Restauración. Las revoluciones en Francia y Europa; así como de las acciones de los partisanos de izquierda en la Toma de la Bastilla y el asalto al Palacio de las Tullerías, fueron parte de los debates entre ambos.
De igual modo, José María García, profesor de la Universidad de Caracas, y quien fuera su amigo de infancia, contribuyó con su formación ideológica mediante debates dedicados al análisis de la realidad nacional y gracias a la entrega permanente de libros de historia, derecho y literatura política, referidos a la Revolución Francesa y a las luchas agrarias en Roma. José Brandford, fue otro amigo que lo mantuvo al tanto de las ideas de Auguste Blanqui, del revolucionario Louis de Saint Just y del comunista utópico Gracus Babeuf, quien impulsó la rebelión de los iguales, y promovió en sus discursos: “(…) Probaremos que la tierra no es de nadie, sino que es de todos… ¿El pueblo debe hacer una insurrección? No hay duda de ello (…) ¡La insurrección es el más indispensable de los deberes!”
ADIÓS AL PROGRAMA SOCIAL DE LA GESTA
Luego de la muerte del Libertador, el pueblo que participó en la gesta emancipadora y que confió en que se revertiría la situación de desigualdad y exclusión social, continuó en condición de servidumbre y ante una nueva oligarquía criolla que desconoció la “Ley de Repartos de tierras» promulgada por Bolívar. Páez, antes héroe independentista, se convirtió en uno de los mayores terratenientes de la época. Y así pasó con muchos oficiales que luego de beneficiados por el Libertador con la repartición de bienes, se transformaron en propietarios y se incorporaron a la clase explotadora.
Es por esto que durante el mandato del catire las protestas de campesinos se profundizaron y nació el partido liberal como principal oponente. Zamora se estableció en Villa de Cura, montó una pulpería y se dedicó al arreo de ganado. Fue asiduo lector del periódico liberal El Venezolano, el cual leía para todas las personas que se congregaban en la pulpería, así como otros documentos de izquierda. Allí en el día a día, estrechó lazos con el pueblo común y selló su compromiso a favor de los desposeídos. Se unió al Partido liberal y en 1846 se presentó a las elecciones para el cantón de Villa de Cura. Su postulación, al igual que otras candidaturas liberales fue anulada por el Ejecutivo, lo que agregó “leña” al fuego revolucionario que prontamente estallaría.
EL EJÉRCITO DEL PUEBLO SOBERANO
El indio Rangel, campesino mestizo y antiguo soldado de las tropas llaneras del general Zaraza en la Guerra de Independencia lideró el primer levantamiento en la Sierra de Carabobo, el 1 de septiembre de 1846 con 300 hombres. Zamora se incorporó a la rebelión campesina y el 9 de septiembre conformó el Ejército del Pueblo Soberano, a fin de «hacer la guerra a los godos», con una tropa de más de 1200 hombres entre infantería y caballería, y con una participación activa de mujeres que realizaban acciones de espionaje, recolectaban recursos e incluso en combate. Obtuvo el triunfo en Los Bagres y Los Leones, y resultó derrotado y capturado en la batalla de la Laguna de Piedra en marzo de 1847. Su madre, Paula Correa, lideró un movimiento de presión popular, y logró que José Tadeo Monagas, Presidente de Venezuela para el momento, le conmutara la sentencia de pena de muerte. Sin embargo, tras distintos intentos de asesinato, Zamora decidió escapar de la cárcel.
VUELTA AL EJÉRCITO
Se refugió en una hacienda, trabajó el campo y se dedicó a estudiar. Mantuvo contacto con la realidad política del país a través de correspondencia con amigos de Caracas e intercambio de revistas, folletos y documentos. Creó y fortaleció una red de comunicación e información entre los campesinos, y en enero de 1848 marchó a Caracas para participar en la organización de las milicias populares y en la manifestación a favor de la disolución del Congreso. Monagas rompió con la «oligarquía caraqueña», disolvió el Congreso e incorporó a Zamora a las fuerzas armadas nacionales.
Como Comandante de la Milicia Nacional organizó un batallón de civiles en Villa de Cura y alcanzó importantes victorias ante los godos. De hecho, será Zamora quien traslade a Páez de Valencia a Caracas. Recibió importantes ascensos militares y ejerció funciones públicas. Contrajo matrimonio a mediados de 1856 con Estéfana Falcón, hermana de Juan Crisóstomo Falcón, y debido a conspiraciones y a gran inestabilidad política, partió a Curazao.
En octubre de 1858 el general Falcón constituyó una Junta Patriótica e inició una rebelión. Zamora regresó a Venezuela y se incorporó a la Guerra Federal.
BATALLA DE SANTA INÉS
“Santa Inés será la tumba militar de la oligarquía, la batalla decisiva por la democracia y la federación, por tierra y hombres libres”, dijo Zamora al planificar la batalla. Allí, en guerra de guerrillas, entre marchas y contramarchas, emboscadas y ataques sorpresas venció el General del Pueblo Soberano el 10 de diciembre de 1859.
Un mes después llegó a San Carlos, mientras evaluaba posiciones de combate junto a Antonio Guzmán Blanco, recibió un balazo. Al morir, ocultaron su cuerpo y lo enterraron en el patio de una casa. No se sabe quién mató a Zamora, sin embargo, tanto Juan Crisóstomo Falcón como Antonio Guzmán Blanco han sido señalados como autores intelectuales debido a conocidas diferencias políticas, tácticas y estratégicas existentes entre ellos.
LA BALA DE LA TRAICIÓN
Tras conocerse la noticia de la muerte de Zamora, Juan Vicente González, adorador de los godos, escribió en El Heraldo el 31 de enero de 1860 “¡Bala afortunada! ¡Bendita sea mil veces la mano que la dirigió!”