Cada oligarquía nacional escribe su propia versión de la historia, ajustándola a sus intereses de clase, a su proyecto de estado-nación y a su concepción de la sociedad. Divulga lo que le conviene que se repita, oculta lo que quiere omitir, y sobre todo camufla los hechos para que parezcan lo que desea que parezcan. Cada élite ha construido de este modo su propio discurso histórico y como una letanía lo corea en la celebración de cada efemérides. A lo largo de los años lo ha socializado entre toda la población, que lo repite maquinalmente como si fuera una verdad histórica irrebatible. Cualquier punto de vista divergente, es manejado, entonces, no como una crítica al discurso de la élite, sino como un ataque a la memoria… de todo el pueblo.
Hago todo este preámbulo porque voy a exponer una versión “crítica” sobre un hecho histórico sobre el cual se ha escrito mucho desde la perspectiva de las élites venezolanas: me refiero a la Batalla de Carabobo. Lo que voy a decir puede remover algunos prejuicios “patrióticos”. Sobre todo aquello de que la Batalla de Carabobo es la batalla decisiva en la liberación de Venezuela. Esa es una media verdad, por tanto envuelve una gran mentira y oculta una gran verdad. Para Bolívar la batalla de Carabobo es la confirmación del “nacimiento político de la República de Colombia”. Tras esta batalla nace un nuevo estado, integrado por Venezuela, Nueva Granada y Ecuador; base del proyecto geopolítico continental del Libertador.
¿Qué esconde el discurso de las élites?
La historiografía de las élites suramericanas parten del axioma de que cada nación tiene su batalla decisiva por la independencia nacional: la batalla de Boyacá lo es para la Colombia actual; la de Pichincha para Ecuador, la de Junín para el Perú, y por supuesto la de Carabobo para Venezuela. De acuerdo a esta perspectiva:
1) Las batallas que el Libertador dirigió se convierten en simples batallas nacionales o locales y dejan de formar parte de una campaña continental de liberación.
2) Bolívar pierde su condición de visionario continental y queda reducido en el mejor de los casos a simple prócer nacional.
3) Los representantes de las oligarquías que adversaron su proyecto de creación y consolidación de Colombia, su plan de suprema felicidad colectiva y sus planes de unidad suramericana terminan en el cuadro de honor de cada una de esas repúblicas al lado de Libertador… como si nada hubiera pasado.
De este modo las élites ocultan que:
1) Cada nueva república surgida a partir de 1830 formaba parte de la República de Colombia.
2) El desmembramiento de la República de Colombia, significó una traición al proyecto geopolítico bolivariano, que aúna independencia y unidad suramericana.
3) Cada una de las nuevas repúblicas que se formaron quedó en manos de su respectiva oligarquía nacional, la cual debió reescribir su historia nacional ocultando o desfigurando los hechos que dieron origen al nuevo estado-nación.
4) Con el desmembramiento de Colombia se crearon estados débiles que se convirtieron en presa fácil de las grandes potencias foráneas y se fortalecieron los proyectos de dominio interno de las élites criollas.
5) Con esto se le asestó un duro golpe al ideal de unidad e integración suramericana, y se mantuvieron aisladas una de otras cada una de las nuevas repúblicas. Se cumplió el designio imperial.
Puntos itinerarios de una espiral histórica
Lo que Bolívar se plantea es primero desde Angostura (Venezuela), dar a luz una nueva gran nación suramericana: Colombia (Venezuela, Nueva Granada y Ecuador). Luego desde esta Colombia, que nace en Carabobo, liberar toda Suramérica. Es una “espiral histórica” con varios puntos itinerarios como lo indica Chávez. En esta espiral cada punto del itinerario va desbrozando el camino hasta la consecución del fin último: la Independencia, Soberanía y Unidad Suramericana. Estos puntos en el itinerario de la Libertad son grosso modo los siguientes:
Primero. 1817. Liberación de Angostura y organización de una “República en Armas”, la cual cuenta con una posición geopolítica, un ejército y unos recursos materiales que le permiten organizar, ejecutar y financiar la lucha.
Segundo. 15 de febrero de 1819. Esbozo del proyecto político y territorial en el Discurso de Angostura Bolívar prevé la necesidad de unir Venezuela, Nueva Granada y Ecuador para crear una Gran República cuyo gobierno debe promover mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política. El siguiente paso es liberar Nueva Granada.
Tercero. Batalla de Boyacá, 7 de agosto de 1819. Liberación de Nueva Granada. La Expedición Libertadora de la Nueva Granada, que culmina en la Batalla de Boyacá le aporta un vasto territorio a la nueva República que está por crearse, pero a la que le falta uno de sus componentes esenciales, Venezuela, desde la cual ha partido toda la iniciativa libertaria.
Cuarto. 17 de diciembre de 1819. De regreso de esta victoria, en Angostura Bolívar procede a la creación “en el papel” de la República de Colombia por Ley fundamental.
Quinto. Noviembre de 1820. Armisticio y Tratado con España. No estaba en los planes de Bolívar; pero aunque la iniciativa vino de España, favoreció la independencia, por cuanto Bolívar exigió como condición para sentarse en la mesa de negociaciones el reconocimiento de Colombia: “tratar con el gobierno de Colombia, de paz y amistad, reconociendo esta república como un estado independiente, libre y soberano”. (Archivo del Libertador. Documento 5788)
Sexto: Insurgencia de Maracaibo, enero a abril de 1821. El 28 de enero de 1821 el pueblo de Maracaibo rompe con los acuerdos, se pronuncia a favor de la causa patriota y se incorpora a la República. Por consiguiente queda roto el armisticio de seis meses firmado en noviembre de 1820. Se fija el 28 de abril como fecha para el reinicio de la guerra.
Séptimo. Abril a junio de 1821. La Campaña de Carabobo. Pero aún faltaba libertar a Venezuela, gran parte de cuyo territorio estaba en manos realistas. Solo con su plena liberación es posible darle en la realidad unidad político–territorial al nuevo estado. En función de eso Bolívar organiza la campaña de Carabobo, cuyos alcances no se limitan a Venezuela sino que abarca toda Colombia, de la que Venezuela es vanguardia y Carabobo epicentro.
Esto explica porqué en el parte oficial de guerra de la Batalla de Carabobo, del 25 de julio, el Libertador escribe: “ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia”. En este breve párrafo está la clave del significado geopolítico de esta importante batalla.
Carabobo: epicentro de América
La Colombia concebida por el Libertador en diciembre de 1819, nace en Carabobo en 1821. Se convierte en un estado-nación, destinada a convertirse en potencia y a promover la liberación de Suramérica. En Carabobo, Colombia deja de ser un ideal prefigurado en una ley constitucional y se convierte en un estado real y concreto, con un territorio, un pueblo, una estructura gubernamental, un plan nacional y un proyecto continental. Decir esto no demerita a Venezuela; al contrario, la enaltece. Venezuela es la creadora de Colombia (1821). Y Colombia, liderada por Venezuela, es la partera de la emancipación de América.
La Colombia de Bolívar es la base material, militar, financiera y espiritual de la independencia suramericana. Desde esta nación se forjó a sangre y fuego la emancipación de Suramérica. Ese estado y su proyecto justiciero, emancipador e integracionista, es lo que debemos destacar cada vez que hablamos de Carabobo. Es lo que las élites, con su discurso que oculta y camufla hechos fundamentales, quieren invisibilizar cada vez que repiten aquello de que cada país tiene su batalla…y ¡con mi batalla no te metas!
Por: José Gregorio Linares