Chavismo pierde Barinas
«Compañeros, los objetivos no se han logrado… por ahora». Con estas palabras, pronunciadas por Hugo Chávez tras el fracaso de la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, Jorge Arreza, candidato a gobernador en el Estado Barinas; anunció la derrota electoral en los comicios del 9 de enero, antes de los resultados definitivos. La cita electoral se repitió tras las irregularidades detectadas el 21 de noviembre en la anterior candidatura presentada por la extrema derecha que, sin embargo, volvió a ganar en las urnas; a pesar del esfuerzo puesto en marcha por toda la militancia del PSUV.
«No hemos perdido, camaradas, dijo Arreaza, —refiriéndose a Lenin— es un paso atrás para recuperar el impulso, para renovar cada día la relación entre nuestro pueblo y nuestro gobierno revolucionario». Con este resultado —agregó— “nuestro pueblo nos dice que hemos descuidado las bases; que no hemos trabajado lo suficiente por su bienestar a pesar del bloqueo imperialista que se nos impone todos los días; y que debemos ser más revolucionarios. Lucharemos hasta el agotamiento para que nuestra Patria siga libre y redoblaremos esfuerzos para recuperar, en las próximas elecciones, las gobernaciones y los municipios perdidos”.
Con Barinas, la oposición gobierna ahora en 4 de los 23 estados que integran la República Bolivariana, a los que hay que sumar el Distrito Capital que, el pasado 21 de noviembre, eligió como alcaldesa a la almiranta chavista, Carmen Meléndez. A Cojedes, Nueva Esparta y Zulia, el Estado más poblado del país, ahora hay que sumar a Barinas. Una zona de gran importancia simbólica, por ser la cuna de Chávez, pero también central por su potencial agropecuario y petrolero y su cercanía a la frontera con Colombia, desde donde salen las infiltraciones paramilitares organizadas por el gobierno de Iván Duque, gendarme de los Estados Unidos en la región.
Y si con este resultado electoral se reconfirma una vez más la transparencia de la democracia bolivariana, también está claro que no será fácil mantener a raya a una extrema derecha pendenciera y bien financiada por Estados Unidos, y decidida a impulsar el referéndum revocatorio contra el presidente Maduro este año. Por otro lado, el chavismo también ha sufrido las repercusiones de los cambios tácticos con los que intenta librarse del estrangulamiento económico, acosado, con acalorada polémica, por antiguos aliados como el Partido Comunista de Venezuela.
Entonces, en lo que Arreaza específicamente para Barinas definió como un relajamiento de la relación entre el pueblo y el gobierno revolucionario, pesaron las diatribas internas del chavismo. Sin embargo, también ha influido la imposibilidad de resolver muchos problemas concretos de la población debido a la drástica caída del PIB, por el bloqueo económico-financiero impuesto por el imperialismo.
Ciertamente, la ultraderecha venezolana, que no tiene que responder ante el pueblo, sino ante sus financistas y que siempre aprovecha el voto para organizar maniobras o golpes de Estado, no va a poder hacerlo mejor. Para comprobarlo, basta hacer cuentas en los bolsillos de la pandilla de Guaidó, a quien sus compinches han reconfirmado como «presidente interino» por un año más, dando una prueba más de cuál es su concepto de «democracia».
Para reconfirmar en su papel (virtual) al autoproclamado, de hecho crearon un «parlamento» igualmente virtual; elegido en 2015 y caducado en 2020. Una farsa, sin embargo, avalada una vez más por Estados Unidos y sus vasallos; que con inversiones estratosféricas alimentan a una banda de estafadores: unas 2.000 personas que, según denuncias internas, en su mayoría viven lujosamente en el extranjero como “auto-exiliados” y reciben sueldos de funcionarios, en dólares.
Incluso la ONG Transparencia Internacional, ciertamente ajena al gobierno bolivariano, ha emitido un pronunciamiento público sobre los robos realizados por la extrema derecha venezolana. Guaidó es un títere cuyos hilos apenas se mueven, desactivado por su propia banda, pero sigue funcionando para mantener en el exterior el robo de los activos pertenecientes al pueblo venezolano; como el oro incautado en bancos británicos, y la gestión, en nombre de EE. UU., de grandes empresas como CITGO o Monómeros. Dinero que, por supuesto, no caerá en los bolsillos de la población de Barinas; que pronto tendrá la experiencia de haber desperdiciado su voto.
Durante una rueda de prensa que, es bien seguro que quedará en la historia política, Arreaza ofreció un balance de la experiencia electoral. Resultó central su advertencia: la de un líder de larga data, un revolucionario que creció en la escuela de Hugo Chávez, forjado en la enseñanza de cuántos y cuántas construyeron las revoluciones que vinieron antes confiando en el marxismo. “El señor Garrido debe estar en guardia —dijo en referencia al ultraderechista ganador— porque Barinas no está sola”.
Como diciendo: atención a los que creen revivir la violencia de años pasados, porque el chavismo es fuerte y está presente, y sobre todo tiene un proyecto de país bien anclado a un modelo alternativo al capitalismo.
“Tener a Jorge Arreaza como candidato en esta campaña fue un lujo, ya que reencontró y reunificó al chavismo de origen, con gran claridad política, disposición incansable para el trabajo y disciplina; y está claro que no abandonará al pueblo Barinés”, dijo Tania Díaz, vocera del Comando de Campaña Aristóbulo Istúriz del 21 N. Luego, la también vicepresidenta de la Comisión de Agitación Propaganda y Comunicación del PSUV, ofreció su lectura de los resultados en Barinas; destacando algunos puntos que contienen otras tantas exhortaciones a la militancia chavista: “La oposición golpista se vio obligada por el pueblo a reconocer la institucionalidad democrática del gobierno de nuestro Presidente Nicolás Maduro”. Entonces: ¿Cuál dictadura?
“El chavismo demostró su cohesión y fortaleza política, al superar por 30 mil votos sus resultados del 21N en Barinas. Vamos a una nueva etapa. ¡Viva Chávez!” Todos saben que “el sector que asume el ejecutivo regional es parte de un grupo delictivo que se alió a bandas criminales extranjeras para propiciar la intervención del país y robarle a Venezuela Monómeros, CITGO y más de 1.600 millones de dólares en cuentas bancarias bloqueadas, entre otros. Los adecos de siempre hicieron el coro de siempre. ¡Así son! ¡Amanecerá y veremos!”.