La Unión Europea y Estados Unidos prefieren una crisis económica y altos niveles de inflación por su «obsesión rusofóbica». Así, el presidente Nicolás Maduro, fotografió los efectos del conflicto en Ucrania en el campo occidental, y las reacciones desordenadas de la UE, a raíz de las políticas norteamericanas.
Si la guerra continúa, la que más la sufrirá será Europa que, debido a la crisis energética, corre el riesgo en unos meses de dejar de ser la principal potencia económica mundial (por sí solo, el PIB de la UE representa casi una cuarta parte de todo el producto interno bruto del mundo), y de ver disminuido su papel como potencia industrial. Y crecerán las fricciones entre sus miembros y contra los Estados Unidos, que no tienen ninguna intención de aumentar la producción de energía para abastecer a los aliados europeos. Al contrario, EE. UU. tiene en su punto de mira a la principal economía de la UE, la alemana.
A pesar de la propaganda dominante en la UE, que acusa a Rusia de sabotear los gasoductos Nord Stream, destruir la ruta de tránsito para el principal suministro de energía de Alemania y una importante base industrial en el país, ciertamente no ha sido lo mejor para Berlín, que estaba tratando de mantener un perfil autónomo sobre el tema.
La tesis de Estados Unidos, según la cual Rusia habría dinamitado los gasoductos para dañar a Europa, es en cambio muy ilógica: ¿por qué Putin se privaría de tal arma de presión cuando, además, Gazprom gastó 17.000 millones de euros para construirla? Además, el gas derramado por las dos tuberías saboteadas, ha provocado una pérdida de unos 600 a 800 millones de euros. A esto hay que sumar los costes de las reparaciones, que tardarán meses, y rondan entre 200 y 300 millones de euros. Por no hablar de los millones de euros necesarios para rellenar centenares de millones de metros cúbicos de gas industrial.
Además, ¿porque Rusia habría renunciado a una ganancia de 200 millones de euros diarios, que le pagaba la UE por el gas, y favorecer a Ucrania al enviar el gas por el gasoducto Yamal Europa, que atraviesa Polonia, para cumplir con sus contratos? Sin duda Polonia, principal lobista del gasoducto Baltic Pipe, que se inauguró el día que se produjeron las explosiones, y que transporta gas Natural de Dinamarca y Noruega, así como el gas licuado de EE. UU. del Mar del Norte hacia Polonia, se beneficiará de la destrucción de los dos Nord Stream.
Como recordó Inna Afinogenova, en una de sus oportunas indagaciones periodísticas, ya en 2014, Condoleeza Rice manifestó su oposición a que Europa le comprara gas barato a Rusia. Y en 2018, cuando Donald Trump impuso sanciones al Nord Stream 2, le dijo al secretario general de la OTAN que Alemania era un problema, al ser totalmente dependiente de la energía rusa.
Ahora, a pesar de las tranquilizadoras declaraciones de Ursula von der Lyen, presidenta de la Comisión Europea, respecto a la búsqueda de fuentes de abastecimiento alternativas a Rusia (lo que de todos modos llevará tiempo), las reservas en los depósitos se agotarán a mediados de invierno, siempre que este no sea particularmente rígido y los flujos de energía alternativa sean adecuados.
Será aún peor si Europa no llena sus depósitos el próximo verano. Según las previsiones, el invierno de 2023 podría producir entonces una catástrofe económica y las consecuentes tragedias humanas. Mientras tanto, el costo de la energía en Europa, que ha aumentado a nivel mundial, se ha quintuplicado. Según la mayoría de inversores europeos, la recesión en Europa está dada por cierta. Y el Banco Central Alemán también prevé escenarios similares. Frente a la crisis energética, que está provocando protestas populares, Alemania decidió nacionalizar la empresa de gas Uniper.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) corrigió en su reporte las estimaciones sobre la progresión del Producto Interno Bruto (PIB) de la zona euro para el año próximo, para dejarla en el 0,3 por ciento; con una corrección, en particular para Alemania, donde se espera una recesión del 0,7 por ciento. El presidente mexicano Manuel López Obrador ofreció abastecer a Alemania con gas natural mexicano, cubriendo el 30 por ciento de sus necesidades de combustible.
Obrador reconoció que la operación llevaría tiempo, porque México necesita la construcción de dos plantas de licuefacción para congelar el gas y mandarlo. Pero —dijo— hay una compañía estadunidense, New Fortress Energy, con la tecnología necesaria que permitiría transportar el gas en barcos sin la necesidad de construir una planta en tierra. «En el mismo barco —ha explicado el presidente mexicano— el gas se congela y se lleva, y allá se regasifica, en el puerto donde se encuentra el ducto, o sea, ya se ha avanzado en eso. De todas maneras, ellos tendrían que hacer el acuerdo con esta empresa estadunidense, pero nosotros sí tenemos disponibilidad de gas», confirmó.
Por ahora, aunque la tendencia recesiva también va en aumento en EE. UU., el coste de la factura energética por los estadounidenses es tres veces inferior al de Europa. Sin embargo, un colapso económico de la UE tendría repercusiones a nivel mundial en términos de recesión. Para los competidores que pagan mucho menos por la energía que en Europa, podrían abrirse oportunidades importantes para adquirir nuevas acciones en los mercados globales. Sin embargo, China (principal objetivo del enfrentamiento geopolítico y comercial en curso), junto con India, tiene importantes inversiones en Europa que se verían perjudicadas.
En cambio, en Estados Unidos el índice que mide el crecimiento de los precios, sin alimentos ni energía, marca un +6,3%, y señala inflación en oferta y costos, especialmente relacionada con el acortamiento de las cadenas de valor tras la pandemia y el cambio en el contexto internacional. La Fed ha subido los tipos de interés 75 puntos básicos, y a finales de año lo hará de otros 125. El BCE, tras la subida del 8 de septiembre, sigue la misma línea. El colonialismo es la capacidad de hacer que los vasallos luchen por cuenta del hegemón, fingiendo considerarlos aliados o amigos, cuando en el mejor de los casos son agentes o guardianes de dólares.