Por Verónica Díaz Hung
Los resultados electorales del 15 de octubre representan una gran victoria, porque demostraron que el imperialismo no ha podido acabar con la conexión amorosa entre el pueblo y el comandante Hugo Chávez, vínculo que heredó el Presidente Nicolás Maduro. También los más de 11 millones de votos despejan el camino para el diálogo.
El constituyente Eduardo Piñate considera que la mayoría del pueblo ha comenzado a comprender que realmente existe una guerra económica y quienes la dirigen.
“El pueblo comprende que la especulación y la escasez se están usando para derrocar al gobierno, desintegrar el país y acabar con la unidad nacional. Pero además ha entendido que solo en Revolución es posible resolver esos problemas”.
Piñate sostiene que el voto castigo fue contra quienes llenaron al país de violencia y muerte durante 4 meses.
ANC y la paz
Para el legislador, la Constituyente abrió el camino a la paz y la victoria del 15 de octubre comienza a consolidar esa ruta democrática.
La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) tiene la tarea fundamental de elaborar el proyecto de país para los próximos 20 a 30 años, que se expresará en una Constitución Bolivariana fortalecida, ampliada, profundizada, cargada de futuro, porque tiene tareas en el orden coyuntural y estructural. En lo coyuntural ha actuado como un escudo frente a las pretensiones de acabar con la Revolución Bolivariana y con el Estado-Nación.
“Su misión comenzó en el orden político y tenía que ser así, porque no se puede transformar la economía con las calles del país incendiadas. La paz no es ninguna tontería, es esencial”.
Por eso, la primera tarea fue destituir a la fiscal Luisa Ortega, que había puesto al Ministerio Público al servicio de una parcialidad política. Luego fueron convocadas las elecciones de gobernadores, reafirmando la vocación democrática del pueblo venezolano.
Como presidente de la Comisión de Economía Diversificada y Productiva de la ANC explica que su labor es cooperar con el presidente Maduro en el combate contra la guerra económica y contribuir a formular el modelo productivo para superar el rentismo petrolero.
“No somos un gobierno paralelo. Las cinco subcomisiones de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional Constituyente están haciendo su trabajo. Hemos entregado recomendaciones, porque los anuncios en materia económica no nos corresponden a nosotros”.
Explica que el modelo rentista se agotó, por lo que otra importante tarea de la ANC es sentar las bases para edificar una economía que se sustente en un marco de relaciones de producción absolutamente distinta a las que han predominado en Venezuela.
“En el seno de la ANC hay una absoluta convicción en todos los sectores de no ceder soberanía. Desde la Ley de Promoción de Inversiones, pasando por el nuevo régimen tributario del Arco Minero, se busca estimular inversiones que se necesitan para atraer capitales y captar divisas, pero sin ceder soberanía. No hay peligro de una nueva Apertura Petrolera. Tampoco se plantea volver a la llamada Internacionalización”.
Aclara que Venezuela seguirá siendo un país petrolero, porque tiene reservas de crudo para más de 300 años, porque es la mayor reserva de petróleo, en un mundo que hasta ahora no ha descubierto un sustituto a los hidrocarburos para mover la economía mundial. “El petróleo es el pivote para apalancar la economía y está concebido así en la agenda económica bolivariana”.
El imperio contraataca
Expone que tras la victoria en las elecciones de la Asamblea Nacional en diciembre de 2015, la oposición confundió una victoria táctica, con una victoria estratégica, optando por el camino insurreccional.
“La derecha por el camino electoral ha obtenido resultados positivos y estas elecciones lo demuestran, pero cada vez que elige el golpismo sale derrotada”.
Pero la oposición no se gobierna, ya que su amo es el imperialismo, que incluso le ha redactado hasta el programa de gobierno que impondrían de llegar a Miraflores, porque trata de recuperar la hegemonía perdida. Su prioridad es reinstaurar una democracia burguesa que le otorgue el control de las grandes riquezas del país a los factores transnacionales que dominan al mundo. Y para ello necesitan desmembrar el estado-nación, como se hizo en Libia, Iraq y Siria.
“Anhelan el control de nuestras reservas certificadas de petróleo, gas, oro, coltán, torio, de agua dulce, biodiversidad… Anhelan lo que poseemos en términos materiales, porque ellos controlaron nuestras riquezas en el pasado y hoy no, porque el Estado, gracias a la Revolución, ha venido asumiendo la soberanía sobre nuestros recursos”, explica Piñate.
Tampoco les gusta el ejemplo que emana de Venezuela, que es un peligro para mantener el control de su patio trasero.
“Este triunfo del 15 de octubre, precedido del triunfo de la Constituyente, abre, por ejemplo, las puertas a una victoria de Lula en Brasil. Eso es muy peligroso para los intereses imperiales. Es peligroso que este continente se le escape de las manos”.
Señala que el socialismo bolivariano es la demostración, no solo doctrinaria y filosófica, también material, de que nuestros pueblos viven mejor en el socialismo.
No estamos solos
En 18 años la Revolución con el presidente Chávez y Maduro como su canciller, Venezuela construyó un conjunto de alianzas estratégicas a nivel internacional. El Caribe oriental y el ALBA han sido decisivos como escudo protector frente a las agresiones de la OEA.
También hemos establecido importantes alianzas con las grandes potencias emergentes, las que le disputan la hegemonía económica y hasta política al imperialismo norteamericano. Cita a Rusia, China, India, Irán, como aliados estratégicos que están reconfigurando un nuevo mapa geopolítico, producto de la crisis del capital, y por la pérdida de hegemonía gringa.
“Toda la realidad económica que se estableció luego de la Segunda Guerra Mundial hoy está cuestionada, reiventándose en medio de luchas y amenazas nucleares. ¿Qué explicación tiene que un hombre como Donald Trump haya llegado a la presidencia de los Estados Unidos? Llegó porque era del agrado de un sector extremista, fascista, altamente guerrerista, vocero de la supremacía blanca. Eso no es una casualidad o un accidente de la historia. Se relaciona con la decadencia de los imperios”.