Las miserias del imperialismo y sus lacayos se hacen evidentes a cada paso. Acá cuatro escenas patéticas
“Suicidios” y asesinatos en el caso Epstein
Los poderosos del mundo capitalista hegemónico no son solo los políticos que gobiernan Estados Unidos y los países subsidiarios de esta superpotencia. Por encima de ellos están los dueños de ese mundo, los propietarios del complejo industrial-militar-financiero-mediático, a quienes les encanta hacer vida social junto a un grupo selecto de figuras del show business, gente de la farándula mundial y también delincuentes de alto coturno, que nunca faltan en estos convites.
En ocasiones, por contradicciones propias del sistema, sale a la luz pública alguna maraña de escándalos cometidos por estos seres privilegiados. Casi siempre se refieren a negocios turbios, pero en otras ocasiones, tocan terrenos del crimen común. Así ocurrió con el caso Epstein, una terrible historia de pedofilia y otras depravaciones en la que están implicados numerosos individuos de las más altas élites de EEUU y varios otros países.
El principal responsable de la banda criminal fue detenido y, de una manera muy hollywoodense, se suicidó en prisión, llevándose a la tumba parte de los secretos de la flor y nata de una sociedad corrompida hasta los tuétanos.
Probando que contra esa mafia global no hay averiguación que pueda prosperar -al menos no sin dejar víctimas-, el hogar de la juez que lleva el caso (de nuevo, al mejor estilo de las películas de gánsters), fue atacado y mataron a su hijo e hirieron gravemente a su esposo.
Si algo así ocurre en una nación como Venezuela, se presenta ante el mundo como una demostración de Estado fallido y país forajido. Sucede en EEUU y no pasa de ser una tendencia en Twitter y alimento para la prensa sensacionalista y más y más guiones de cine y TV.
Masacres y violaciones masivas en Colombia
Hablando de países subsidiarios de EEUU, Colombia -o, mejor dicho, la oligarquía colombiana- ha sabido venderse a los intereses estadounidenses y obtener, a cambio, el encubrimiento, la inmunidad y la impunidad más absoluta de todos sus abusos de poder y crímenes.
Mientras EEUU pretende demonizar a los países con gobiernos indóciles, acusándolos sin prueba alguna de ser narcodictaduras violadoras de los derechos humanos, Colombia es el principal productor y exportador de cocaína del planeta y Washington apenas si le da una insignificante reprimenda de vez en cuando, como para aparentar. En Colombia matan a diario a líderes sociales y a defensores de derechos humanos y sus militares violan masivamente a niñas indígenas, con la complicidad o el silencio de EEUU y todos sus aliados.
La misma actitud del centro imperial la tienen los organismos internacionales, las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y la maquinaria mediática global. Todos esos aparatos subsidiarios del poder capitalista solo tienen ojos para Venezuela, Cuba o Nicaragua, mientras en Colombia ocurren los excesos más atroces y no pasa nada.
La OEA «supervisará» elecciones en Bolivia
La desvergüenza de la derecha es tan flagrante que sus diversos factores se atreven a plantear que la Organización de Estados Americanos «supervise» las elecciones presidenciales en Bolivia, cuando el mundo entero sabe que este ente, bajo la infame dirección de Luis Almagro, fue el artífice del golpe de Estado contra Evo Morales, precisamente desde su rol de supuesto «supervisor» de los comicios que este ganó en buena lid y en primera vuelta, el año pasado.
Según numerosas investigaciones, incluyendo una del diario The New York Times (es decir, de un engranaje fundamental de la máquina mediática capitalista), la OEA amañó el informe sobre las elecciones para instaurar la matriz de opinión de un fraude y logró de esa manera, en contubernio con las fuerzas más retrógradas de la derecha boliviana, derrocar a Morales y establecer una dictadura racista y antipopular.
Pues bien, ahora, las mismas fuerzas oscuras llaman al mismo Almagro y a la misma OEA para que sea garante de la transparencia de unas elecciones «libres», como suelen decir. ¡Qué descaro!
Generales de Colombia y Brasil pulen botas en EEUU
A la derecha envalentonada no le basta con someter a los pueblos económicamente. Debe hacerlo también en el terreno simbólico. Una escena terrible de los últimos días, en este sentido, es una en la que un brigadier general colombiano y un mayor general brasileño (oficiales de máximo rango en sus países) son tratados como lacayos por el jefe del Comando Sur de EEUU, Craig Faller y por el propio Donald Trump.
Faller llega a afirmar que “trabajan para mí” y se ufana de que los gobiernos de Iván Duque y Jair Bolsonaro se encargan de los gastos. Solo le faltó pedirles que le pulieran las botas.